Viviendo bajo acoso: La historia de Verónica Linares que revela el abandono de los pacientes psiquiátricos en el Perú

Un paciente psiquiátrico que ha venido acosando a la periodista de América Televisión evidencia las carencias de personal e infraestructura para tratar la salud mental en el país

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Ha llegado a la puerta de la casa de la conductora de televisión, Verónica Linares, un hombre de 53 años. Luce alterado, agita los brazos, busca a quien él llama la madre de su hija.

Winston es el nombre de este visitante nocturno que ha asediado a una figura pública y su familia durante dos años, pero la noche del sábado 15 de abril cruzó todo límite, amenazó con golpear y matar al esposo de Linares.  

Winston siempre ha buscado estar muy cerca de Verónica Linares. La esperaba en los alrededores del local de América Televisión, en la puerta de su casa, buscaba cruzarse con ella para reclamar como suya a la pequeña hija de la conductora matutina. Toda una historia de supuesta paternidad fruto de una alucinación.

Esa misma noche, Verónica Linares llamó a la policía y Winston fue detenido. Llevaba un carné del Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad, CONADIS, por tener un trastorno mental severo. Aquella incursión a la casa de la conductora de televisión terminó con un internamiento preventivo.

Desde hace más de una semana Winston permanece en la Depincri Surco bajo custodia policial sin que lo puedan enmarrocar ni poner en un calabozo. Sin que lo puedan trasladar al Hospital Larco Herrera porque, pese a un mandato judicial, aún no terminan con los trámites.

La historia de acoso a Verónica Linares inició en el verano de 2021, cuando Winston comenzó a rondar las inmediaciones de canal cuatro. Quería verla, saber de ella y decirle con ayuda de un parlante todo lo que afloraba de su confundida mente.

El asedio había comenzado. En los meses siguientes este hombre se presentó no solo en su centro de trabajo, también en su casa coincidentemente cada vez que su esposo estaba fuera del país.

Linares siempre evitó hablar con él, pero eso jamás desanimó al acosador.

Winston sufre de síndrome delusivo paranoide y esquizofrenia. Su caso es el reflejo de 1 millón 900 mil peruanos atendidos por trastornos mentales y psicosociales solo en 2020.

Es uno de cinco hermanos, algunos con los mismos trastornos, bajo el cuidado de una sola curadora, su madre de 85 años.

Dos años después, Winston ha comparecido en una sesión virtual, ante el segundo juzgado de investigación preparatoria con sede en Surco. Ha sabido explicar con su propia voz su tesis exculpatoria. 

Pero no solo ha quebrantado la tranquilidad de la periodista Verónica Linares. Winston registra cuatro detenciones por acoso, una de ellas por actos contra el pudor contra una menor de 14 años y un ingreso al penal de Lurigancho por robo agravado. Ha ocurrido todo ello cuando este paciente psiquiátrico llevaba un supuesto tratamiento ambulatorio.

Dura realidad que se suma a la falta de camas para la hospitalización preventiva de pacientes con problemas de salud mental.

Este hombre es solo un náufrago en un océano de necesidades. La ley de salud mental parecer ser todavía un camino sin salida.

Una semana después de haber sido detenido y con una orden judicial de internamiento, Winston continúa en una sede policial a la espera de que las autoridades de salud encuentren un lugar donde internarlo, que sea seguro para él y para todos.  

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