La hija de Antonio Banderas, Stella del Carmen, acaba de dar el “sí” en una elegante y lujosa ceremonia en el hotel Abadía Retuerta LeDomaine.

Antonio Banderas y su emoción en la boda

Stella del Carmen, hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith, ha contraído matrimonio este sábado 18 de octubre con el economista Alex Gruszynski, en el hotel de cinco estrellas Abadía Retuerta LeDomaine, un antiguo monasterio del siglo XII situado en Sardón de Duero, con unos 250 invitados, entre ellos varios rostros conocidos de Hollywood.

Como era de esperar, el padre de la novia, Antonio Banderas, fue uno de los protagonistas del evento. Acompañó a su hija Stella al altar, un momento que, según sus propias palabras, estuvo lleno de “muchas lagrimillas” y una gran emoción.

El brindis de Antonio Banderas con la prensa

Después de haberse celebrado la ceremonia, Antonio Banderas salió a la puerta de la finca, se mostró visiblemente emocionado y atendió a los medios que se encontraban en el lugar. Destacó el ambiente familiar y emotivo de la ceremonia, así como la alegría de ver a su hija casarse.

Añadió que hubo “lagrimillas” porque su hija y su esposo se conocen desde hace 25 años. “Ha sido muy bonito, muy emocionante y estamos muy contentos”, dijo Banderas.

Asimismo, afirmó que no hubo nervios, sino elegancia, y agradeció a las personas que trabajaron en la boda, así como a todos los pueblos de la zona que se portaron muy bien.

Finalmente, Antonio tuvo el gesto de brindar con la prensa y agradecerles su presencia. Por otro lado, los novios pidieron que se repartiera comida a los periodistas.

Invitados de Hollywood

En la boda estuvieron presentes figuras destacadas del medio, como el actor Don Johnson, primer esposo de Melanie Griffith, y la hija de ambos, Dakota Johnson.

Además, según informó la revista ¡Hola!, las hijas del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, Sasha y Malia, también asistieron al evento, así como la pareja de Sting, Trudie Styler.

Los invitados ingresaron en coche a las instalaciones del lugar, cuya dirección tuvo que incrementar la seguridad a petición de la Subdelegación del Gobierno en Valladolid, y los empleados del hotel no pudieron utilizar su teléfono.