Hoy:

    Testimonio clave sobre la masacre en Pataz

    El empresario minero Segundo Cueva cuenta los detalles de la brutal masacre en Pataz y el saqueo de toneladas de oro

    El empresario Segundo Cueva Rojas reveló cómo ocurrió la emboscada que terminó con la vida de trece personas en un socavón de Pataz. Video: Cuarto Poder

    El empresario Segundo Cueva Rojas reveló cómo ocurrió la emboscada que terminó con la vida de trece personas en un socavón de Pataz. Más de 200 toneladas de oro fueron sustraídas en un operativo violento y organizado. El informe de Cuarto Poder presenta su testimonio exclusivo.

    Dueño de la minera Libmar, Segundo Cueva denunció que los atacantes actuaron con premeditación y brutalidad. Relató cómo su personal quedó atrapado en los túneles mientras otros huían entre disparos y humo. La seguridad, contratada informalmente, fue superada sin resistencia.

    Un atentado planeado y sin contacto

    Todo comenzó con una llamada telefónica pasada la medianoche del 25 de abril. Cuando Cueva llegó al socavón Santa María, encontró los accesos bloqueados con piedras. Parte del personal había sido tomado como rehén y los demás lograron escapar.

    El empresario aseguró que no recibió ningún pedido de rescate. “Nunca nos llamaron para pedir dinero ni negociar”, declaró. El ataque no fue para extorsionar, sino para apoderarse de las 200 toneladas de mineral acumuladas.

    Los atacantes lanzaron humo de llantas para reducir la visibilidad y dispararon sin tregua. Las voces de auxilio se escucharon durante horas, pero luego se perdió toda comunicación. Solo días después, al retirar el muro de acceso, se hallaron los cadáveres.

    Seguridad informal y una clave sin registro

    La vigilancia de la minera estaba a cargo de dos sujetos conocidos como “Rec” y “Técnico”, este último identificado como José Ramiro Lozano Peche. Fueron contratados verbalmente y sin documentación formal. “Todo era de palabra, no hay nada firmado”, reconoció Cueva.

    Pagaban entre 80 mil y 100 mil soles mensuales por el servicio. Sin embargo, la supuesta “empresa R y R” no existía. Según Cueva, esa sigla era solo una clave interna de paso entre instalaciones.

    “Técnico” desapareció tras la masacre. Las autoridades evalúan si brindó información interna al grupo atacante. La hipótesis cobra fuerza, ya que su personal fue asesinado en la operación y su paradero sigue siendo desconocido.

    Oro robado y heridas abiertas en la región

    Según Cueva, más de 200 toneladas de mineral fueron extraídas. Las víctimas quedaron atrapadas en un punto sin salida y fueron asesinadas brutalmente. “Lo que han hecho es terrorismo, no un robo común”, afirmó el empresario.

    Días después, él mismo guió a la policía por las instalaciones. A pesar de los esfuerzos, los cuerpos fueron hallados lejos del área del mineral, lo que indica que fueron movidos tras el crimen.

    Cueva ha asumido el apoyo a las familias de los fallecidos. El caso ha desnudado no solo la violencia que opera en la minería ilegal, sino también la falta de control sobre la seguridad privada en estas zonas.

    Resumen de la noticia en bullet points:

    Empresario minero denunció que el atentado fue un acto de terrorismo.

    Trece personas murieron atrapadas en un socavón de Pataz.

    Más de 200 toneladas de mineral aurífero fueron robadas.

    Seguridad estaba en manos de “Técnico”, hoy prófugo, sin contrato formal.

    La clave “RR” no corresponde a ninguna empresa registrada.

    No hubo pedidos de rescate ni contacto con los atacantes.

    La policía halló los cuerpos días después, alejados del punto del ataque.