Las sospechosas movidas bancarias que llevaron a la detención de Mauricio Fernandini

El periodista fue detenido por la policía y la fiscalía por haber sido el nexo de las millonarias coimas entre Sada Goray y Salatiel Marrufo

Video: Cuarto Poder

A las 8 y 30 de la mañana del último viernes, Mauricio Fernandini era vigilado, sin saberlo, en la puerta de la embajada de Estados Unidos. Su vida y su ánimo estaban a punto de cambiar.

Tres horas después, Fernandini Arbulú fue abordado y detenido por la policía y la fiscalía del Equipo Especial Contra la Corrupción del Poder. Acababa de hacer sus trámites de renovación de visa y, para el proceso, había llevado cuatro pasaportes ya caducos llenos de esos sellos que confirman una vida llena de viajes al exterior por trabajo y por placer.

Cuando estaban a punto de trasladarlo a su departamento en San Isidro para el respectivo allanamiento, Fernandini recordó que había dejado su auto nuevo en una cochera. Pidió permiso para sacarlo.

A pie, el exconductor de televisión fue escoltado hasta la playa de estacionamiento. Cada minuto era registrado en exclusiva por Cuarto Poder.

En la cochera, Fernandini parecía no comprender la gravedad del asunto. Parecía no entender que estaba siendo detenido por haber sido el nexo de las millonarias coimas entre la empresaria Sada Goray y el exfuncionario de gobierno Salatiel Marrufo.

Mauricio Fernandini se rehusaba a leer los documentos fiscales para su orden de captura. En un evidente estado de negación, insistió en manejar su vehículo y llevar, él mismo, al fiscal y a los policías hasta su departamento.

Mauricio Fernandini subió entonces en calidad de detenido. Su vehículo, comprado hace apenas 3 meses, ya está mapeado por la fiscalía como parte de un patrimonio creciente y bajo sospecha. Para la fiscalía, Fernandini se ha alejado de esa primera versión de haber sido solo testigo de reuniones y pases de sobres entre Goray y Marrufo.

Siete meses después de esta entrevista, Fernandini Arbulú es detenido “en calidad de cómplice primario del delito contra la Administración Pública - Colusión Agravada”.

Según la teoría fiscal, Fernandini fue quien dio el primer gran paso para los acuerdos que terminaron en más de 5 millones de soles en coimas al gobierno de Castillo.

En los primeros días de agosto del 2021, a poco de iniciado el gobierno, Fernandini le envió un WhatsApp al flamante ministro de Vivienda Geiner Alvarado felicitándolo por su designación e invitando a una reunión para darle “valiosa información confidencial vinculada al Fondo Mi Vivienda”.

Sin chistar, el ministro envió a su amigo y jefe de gabinete de asesores Marrufo al primer encuentro con Fernandini. Esta especie de lobby generó una seguidilla de reuniones entre Fernandini, su prima Pilar Tijeros, Sada Goray y Marrufo cerrando en pocas semanas el acuerdo de un soborno fraccionado que ahora se sabe fue de más de 5 millones de soles para que Sada Goray se haga de un ansiado y lucrativo convenio inmobiliario, además del saneamiento de un terreno que significaba un negocio de varios millones de dólares.

Fernandini vio pasar en su casa 5 de los 11 pagos en efectivo de las coimas, en baldes de ropa tapadas con colcha y sobres de billetes camuflados con papel de regalo. Pero, según reportes de Inteligencia financiera, no solo vio, sino que también recibió tajadas de dinero.

La fiscalía tiene el testimonio de quien supo de los reclamos del ex conductor de televisión para que Goray le pagara montos por 10 mil y 30 mil soles para el alquiler del departamento donde se hacían las reuniones. Hay vouchers y pasajes de avión que ponen a Fernandini incluso en Chiclayo en reuniones con Marrufo, Goray y los directivos que ella colocó en el Fondo Mi Vivienda. Así, Fernandini ha dejado de ser sólo el amigo que presenta, para convertirse en parte importante del caso. Sus futuras adquisiciones y reportes bancarios terminaron poniéndolo en jaque.

El auto Volkswagen Polo del año que Fernandini reclamó sacar de su cochera durante su detención fue comprado en abril pasado por 17 mil dólares pagados al contado.

Cada paso que ha ido dando Fernandini Arbulú estos dos últimos años ha sido rastreado. La Unidad de Inteligencia Financiera ha detectado sospechas sobre este inmueble.

La fiscalía confirmó que Fernandini compró este departamento con cochera en la cuadra 2 de Felipe Pardo y Aliaga en San Isidro a 160 mil dólares el 13 de enero del 2022. Pagó con dos cheques de gerencia de 80 mil dólares cada uno. La fiscalía investiga de dónde salió el dinero.

Semanas antes de la adquisición, el 20 de diciembre del 2021 Fernandini realizó un depósito en efectivo 80 mil dólares en su cuenta del banco BBVA. Declaró que el origen de los fondos era por negocios y por su trabajo en medios de comunicación y publicidad.

Ese mismo día retiró 170 mil soles de su cuenta del mismo banco y justificó el dinero diciendo que eran parte de sus ahorros.

Unos días después, el 28 de diciembre del 2021, Fernandini pidió un préstamo de 80 mil dólares en el Banco BBVA. Sin duda, era cliente con buen récord crediticio. De seguro, ya adentro de casa, Fernandini leyó cada página de la sustentación legal que hicieron que su salida ya fuera distinta a su ingreso…

Fernandini salió enmarrocado cubriendo la tragedia judicial con una chompa. Ya no hablaba. La altivez inicial, el dominio de escena, cambió en acto literal, pero también simbólico, un personaje entrañable caía frente a todos.

No es un secreto el cariño que por su empatía Fernandini ha logrado en más de 30 años de trabajo como reportero de televisión contando historias que trascendieron a nivel internacional. Fue uno de los primeros conductores promotores de la alta cocina peruana, pero también del almuerzo a no más de 20 soles de presupuesto.

Hizo sentidos y justos homenajes a toda la cadena productiva de nuestra comida. Amante de contar historias, de la pluma suave, del arte de la marinera, del estilo, la belleza y el glamour, Fernandini ha sido la inspiración de más de una generación en distintos estratos económicos e intelectuales, toda una trayectoria labrada en 56 años de vida hasta que decidió bailar en pared con la empresaria Sada Goray.

Él chiclayano, ella trujillana, ambos amantes de la buena vida, hicieron click al segundo. De esas noches de festejo y color hoy solo quedan dos personas que, en desgracia, prefieren levantar el paño blanco frente al juez y su audiencia.

Mauricio Fernandini, sin antecedentes judiciales, se queda ahora detenido por 10 días, pero se juega una eventual sentencia de muchos años de cárcel. Para sus miles de seguidores, verlo así puede ser la lamentable confirmación del avance del cáncer de la corrupción, pero también puede ser leído como prueba de que, para la justicia, en nuestro país no existen príncipes con corona.

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