Llamadas del crimen: Delincuentes usan teléfonos públicos en penales para continuar con sus actos ilícitos

El cabecilla de una banda, que involucra a dos policías y un sereno, utilizaba los teléfonos instalados por Prisontec para coordinar con sus lugartenientes y continuar sus labores de extorsión a transportistas y venta de droga

Video: Cuarto Poder

Es una conversación entre el cabecilla de una banda, preso en el penal Ancón II y su lugarteniente, que contesta desde la calle. Discuten la pureza de la pasta básica de cocaína que su organización vende en varios distritos del norte de Lima.

Pero no es una llamada cualquiera. Es una comunicación en la que el preso Lucio Moreno Jaque, alias “Pirata", condenado a veinte años de cárcel por secuestro, llama nada menos que desde un teléfono público, conocidos como los "azulitos", instalados por la empresa Prisiontec en el año 2014 tras un acuerdo con el INPE, y convertidos hoy en la principal forma de comunicación para seguir delinquiendo desde el interior de los penales.

Lucio Moreno Jaque es un ranqueado delincuente detenido en el año 2004 por el secuestro de la empresaria Josefina Jacinto Díaz, dueña de la cadena de restaurantes "Chepita Royal". Ahora, desde el penal Ancón 2, lidera la organización criminal denominada "Los Despiadados de Ancón", dedicada a la extorsión de transportistas que cubren la ruta Puente Piedra - Huacho y la venta de droga.

Pero Lucio Moreno Jaque, alias “Pirata”, también usaba los llamados teléfonos "azulitos" para mandar a matar a los integrantes de bandas rivales que pretendían meterse en su zona de operación.

Lucio Moreno Jaque también utilizaba los teléfonos “azulitos” para proveerse de comodidades dentro de su celda. En una conversación interceptada por la policía y la fiscalía, ordena que le compren un televisor de 55 pulgadas y se lo lleven al penal.

Mas de 80 mil soles mensuales producto de la venta de droga y 116 mil soles al mes producto de las extorsiones a los colectiveros que cubren la ruta Puente Piedra - Huacho en el paradero Fundición -ubicado en el kilómetro 36.5 de la Panamericana Norte-, muestran como seguía operando la organización “Los Despiadados de Ancón”, la misma que fue golpeada hace una semana por la Diviac y la Fiscalía contra el crimen organizado

Junto al cabecilla, cayeron tambien dos policias y un sereno, parte de “Los Despiadados de Ancón". Por ahora, esta organización ha sido desarticulada, pero el uso de los teléfonos “azulitos” para delinquir desde la cárcel parece que seguirá siendo un dolor de cabeza para el INPE.

Una nueva modalidad que pone al descubierto como cabezas de bandas criminales dirigen sus ilegales negocios con total impunidad y desde la comodidad de un teléfono que el propio Estado les provee para hablar sólo con familiares y abogados, pero que peligrosos delincuentes los han convertido en un arma más para el crimen.  

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