Las cárceles ecuatorianas, tomadas por bandas dedicadas al narcotráfico, secuestro y extorsión, se convirtieron en el epicentro de la violencia desatada contra el estado de excepción decretada por el presidente Daniel Noboa.
Ante la crisis de seguridad en todo el país, Noboa ordenó identificar a grupos del crimen organizado transnacional como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes.
El último jueves 11 de enero, el mandatario ecuatoarino reafirmó su negativa a negociar con terroristas, luego de conocerse la solicitud de garantías para entregarse por parte del presunto cabecilla de la banda criminal 'Los Lobos'.
