Conoce la historia de la adolescente que sufrió la amputación de sus manos y pies
Un error en el diagnóstico condujo hasta la mutilación de los miembros inferiores y superiores
Hace 33 meses podía valerse por sí misma. Llevar una vida normal para una adolescente de 16 años de edad. Pero a Yesabella, ahora con 19 años, le truncaron todo. La dejaron sin sus pies y sus manos y ahora la ayudan a desplazarse en una silla de ruedas.
Han pasado dos años y 9 meses, pero el tratamiento de rehabilitación que ha venido recibiendo no ha sido el más adecuado, según lo cuenta su mamá. Por ejemplo, las prótesis que recibió, asegura, no le sirven.
“No las puede utilizar porque son muy pesadas, le dan una mano que no hace nada es más que todo estético, le dieron este garfio para que pueda agarrar, pero el terapista ocupacional dice que sus muñones no están preparados y son muy flácidos”, narró su la madre de Yesabella.
Conocimos el caso de Yesabella en agosto del 2016. Había ingresado por una fiebre y dolores en el cuerpo al hospital Aurelio Díaz Ufano. Ahí demoraron 4 días en diagnosticarla de Brucelosis hasta darle de alta ya con los dedos morados. Pero su situación se complicó y con los pies y manos hinchados fue trasladada al Guillermo Almenara donde prácticamente la desahuciaron.
En el Almenara les dijeron a los papás que nunca tuvo Brucelosis y le cambiaron la medicación. Su estado mejoró pero los pies y manos no. Era amputarla o esperar su muerte. Con todo el dolor del alma, su padre tuvo que poner a su hija en tremenda disyuntiva.
En un informe médico de mayo del 2018 elaborado por Essalud la investigación concluye que un error en el diagnóstico condujo hasta la mutilación de los miembros inferiores y superiores; también se hace mención a la promesa de conformar una Junta Médica Internacional para arribar a un diagnóstico definitivo de la compleja patología que afectó su salud. Eso tampoco se cumplió.
Yesabella no se amilana. Sonríe todo el tiempo. Sus padres destacan esa fortaleza a pesar del problema que enfrenta todos los días. Mientras que Essalud se mantiene en silencio. No ha respondido a ninguna de todas las cartas notariales que sus papás han enviado. Tampoco ha contestado a nuestras llamadas buscando un descargo. 33 meses han pasado y Yesabella continúa en su lucha diaria.
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