Dina Boluarte empezó su camino hacia la Fiscalía a las 6:40 de la mañana del último viernes. Tenía el cabello mojado y vestía de forma sencilla: zapatos bajos, jean holgado y una blusa blanca que no dejaba ver sus muñecas.
Esa imágen del último viernes 5 abril era completamente opuesta a la proyectada diez meses atrás, el 5 de junio del 2023.
Ese día también despertó temprano para lucir, en un ceremonia militar, un elegante conjunto color turquesa que combinó muy bien con zapatos de taco blancos. Ese día, el modelo del saco sí dejó ver sus muñecas. Fue la primera vez que usó en público el ahora famoso Rolex oro rosa. Lo dejó ver con más detalle cuando entregó parte del uniforme de nuestro héroe, Francisco Bolognesi.
Pero el viernes último por la mañana era ella quien iba a quemar sus cartuchos pero en la Fiscalía. Y no para salvar la patría, sino su propio pellejo.
La fiscalía la investiga desde el 18 de marzo por el presunto delito de enriquecimiento ilícito debido a las lujosas joyas que lució desde junio del año pasado.
En conferencia de prensa el viernes por la tarde, Boluarte sólo aceptó tres preguntas de los periodistas. Los intentos por responder más dudas fueron en vano.
Queríamos preguntarle por otra pulsera, cuya constancia de compra también fue encontrada el día del allanamiento en su casa. Esa tarjeta hace mención a una pulsera valorada en cerca de 14 mil dólares que su 'wayki', Wilfredo Oscorima, compró el 25 de julio del 2023, el mismo día en que la presidenta lució una idéntica en su muñeca, y por la que hasta ahora no hay explicación alguna.
