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Lorena Ruiz es una joven colombiana que, tras ver cómo su solicitud de visa fue rechazada por tercera vez, decidió compartir públicamente en TikTok los errores que, en su opinión, le costaron la aprobación. Su historia no es solo una catarsis personal, sino también una advertencia para quienes están por enfrentar este mismo proceso y subestiman la importancia de la actitud, la preparación emocional y la claridad en las respuestas.
Después de obtener su cita sin demoras y completar satisfactoriamente el registro biométrico, Lorena llegó confiada al consulado. El panorama parecía favorable: no hubo contratiempos logísticos y todo marchaba según lo previsto. Sin embargo, en el momento clave, los nervios tomaron el control. Su relato deja claro que no basta con tener los documentos en regla o con cumplir los pasos administrativos; la entrevista consular puede definirse en segundos si no se manejan bien los imprevistos.
En su testimonio, Ruiz reconoce que el inicio de la entrevista la descolocó. La oficial le preguntó por qué quería visitar Nueva York y ella, entre la ansiedad y la sorpresa, no logró dar una respuesta convincente. Esa confusión inicial marcó el tono de la conversación. Intentó corregirse, pero el daño ya estaba hecho.
La situación empeoró cuando le preguntaron sobre un viaje que había hecho a España. En vez de mencionar el año correcto (2024), respondió que fue en 2014. Aunque se corrigió de inmediato, ese error despertó dudas. “Me ganó el nerviosismo”, dijo en su video, en el que hace evidente lo desconcertante que fue para ella el cuestionario consular.
Esta no era la primera vez que Lorena recibía una negativa. Según cuenta, en la primera ocasión su solicitud fue rechazada por no tener un empleo estable. En la segunda, cometió un error en el formulario al colocar incorrectamente su ciudad de nacimiento. Esta vez, sin errores administrativos de por medio, fue la inseguridad durante la entrevista la que selló su destino.
Más allá del lamento, Ruiz aprovechó su experiencia para dar consejos a quienes están por pasar por el mismo trámite: no confiarse, controlar los nervios y prepararse no solo con documentos, sino también emocionalmente. Sugirió además que las autoridades tomen en cuenta que no todas las personas reaccionan bien bajo presión, y que deberían contemplarse esas diferencias en el proceso de evaluación.
A pesar del mal resultado, su video ha recibido apoyo de otros usuarios que también compartieron situaciones similares. La historia de Lorena recuerda que, cuando se trata de la visa americana, el margen de error puede ser mínimo y la preparación emocional es tan importante como la documentación.
Créditos vídeo: Instagram | @lorenitaev.





