Gian Marco y su conmovedora historia sobre el mejor regalo que ha recibido

El cantante peruano publicó ete lindo recuerdo en sus redes sociales

Foto y video: Instagram

Gian Marco Zignago es una de las personalidades peruanas con mayor número de seguidores en redes sociales. En una extensa publicación en su perfil de Instagram, el músico abrió su corazón.

“En 1976 tenía 6 años. Mamá trabajaba en el teatro y alquilaba una casa pequeña en Magdalena. Mi padre ya no vivía en casa desde hacía a 2 años. Dejó la música y se dedicó a la publicidad. A pesar de estar divorciados, fueron buenos amigos, y las navidades procuraban estar juntos un rato conmigo. Luego de la cena y una charla bonita venían los regalos. Aquel momento era el más esperado por mí. Pero me di cuenta que casi no había regalos debajo del iluminado, pequeño y adornado pino de plástico de ramas plateadas”, contó.

“De pronto recuerdo que entre las pocas y pequeñas cajas envueltas en papel regalo, había una en particular que me llamó la atención. Me acerqué con detenimiento ante la mirada atenta de papá y mamá. Era una caja de cartón medio abierta... De pronto mis ojos percibieron un movimiento y como arte de magia apareció un hermoso cachorro cocker spaniel color caramelo con la mirada y las orejas más tiernas del mundo”, agregó.

El intérprete de la canción Sácala a bailar recordó que su perrito Bambam fue el mejor obsequio que pudo recibir por parte de sus padres, quienes estaban separados. Según contó, su mascota le enseñó a ser libre y se convirtió en su gran compañero.

Gian Marco y su conmovedora historia sobre el mejor regalo que ha recibido

“Ese fue mi regalo favorito. Uno de los regalos que más emoción causó en mi vida. Era mi primera mascota. Bambam representaba muchas cosas para mí. Fue mi compañero en el parque. Si no había ningún amigo que pudiera salir a jugar futbol conmigo, él lo hacía. Cuando llegaba de colegio me recibía ladrando contento”, dijo.

“Ahí estaba siempre, atento a cualquier movimiento. Vigilante, juguetón, travieso, así era Bambam. Le encantaban las caminatas por las tardes en el barrio. Nunca usó correa. Era libre. Y me enseño a serlo”, concluyó.

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