Sada Goray antes de ser detenida: “Yo cometí un error, me dejé llevar”

Sada Goray, la empresaria que admitió haber pagado millonarias coimas a influyentes funcionarios públicos, afronta una detención preliminar y la posibilidad de pasar mucho tiempo tras las rejas

Video: Cuarto Poder

Eran las 9:22 de la noche del jueves. El tablero de control aéreo del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez indicaba que el vuelo LA 2387 había aterrizado.

En esa nave, regresaba al Perú, una mujer que admitió haber puesto en los bolsillos de influyentes funcionarios públicos 4 millones de soles en coimas. Una exitosa empresaria que salió del país cuando las luces de las cámaras apuntaron a sus cómplices. Una investigada por la justicia que siempre logró esquivar a la prensa que la investigó.

Esa mujer es Sada Goray Chong, quien a las 9:45 de la noche del último jueves pasaba el control de Migraciones del aeropuerto. Estaba sola y vestía completamente de negro. Tenía una mochila del mismo color, una bolsa de yute y parecía impaciente.

Antes de recoger su maleta hizo una pequeña compra en la tienda libre de impuestos del aeropuerto.

Jalando su maleta color turquesa caminó hacia la salida donde dos hombres y una mujer la esperaban, pero también nosotros que buscamos hablar con ella desde septiembre del año pasado cuando presentamos la primera denuncia periodística en su contra y su nombre salió a la luz.

Fueron tantos informes narrando su historia de corrupción, como las negativas que nos dio para una entrevista. Pero esa noche del jueves, por fin estuvimos frente a ella.

Sada Goray caminaba sin rumbo dentro del aeropuerto. Antes de ese encuentro, el único contacto con este programa ocurrió en octubre pasado. Llamó a nuestro director para responder en vivo las afirmaciones de un reportaje, precisamente ese informe fue el primer paso para abrir la carpeta fiscal donde ahora ella figura como investigada.

Lo que dice Goray no es del todo cierto, se le invitó muchas veces a una entrevista, pero nunca aceptó. Ahora, nueve meses después, quiso retomar el discurso de empresaria preocupada por la vivienda social, pero sobre los hechos de corrupción no respondió.   

Sada Goray, tampoco quiso responder una pregunta que en ese momento parecía una premonición.

Eran las 10 de la noche y la empresaria no quería salir del aeropuerto, estaba muy molesta con su chofer y con su otro hombre de seguridad por no haberle advertido de nuestra presencia.

Se quedó en la sala de espera de vuelos internacionales, desde donde hizo llamadas durante cinco minutos, hasta que decidió salir.

A las 10:18 de la noche, Sada Goray parecía irse del aeropuerto, pero no lo hizo, nunca lo hizo. Cuando se alejó de nuestras cámaras se estacionó al otro extremo, en el estacionamiento de vuelos nacionales. Estuvo dentro del auto, por una hora, hablando por teléfono. Cuentan que daba gritos de rabia por nuestra presencia. 

A las 11 de la noche hizo un cambio drástico en su agenda. Decidió no ir a su casa de la Molina. La camioneta la llevó hasta la puerta del Hotel Costa del Sol, ubicado dentro del aeropuerto. Aquí la vemos ingresando con una botella de gaseosa en la mano, mientras sus empleados cargaban su equipaje. Dentro del hotel se registró y pagó alrededor de 230 dólares por una noche. Le dieron la habitación 627 del exclusivo hotel.

A los pocos minutos de su ingreso fue tras ella la mujer que la estaba esperando en el aeropuerto, pero que se alejó cuando aparecimos. Ella no llegó sola, lo hizo con Telmo Zavala, el abogado de Sada Goray que se reunió con la empresaria.

La camioneta negra que la estaba trasladando estacionó cerca del hotel y a los pocos minutos a toda velocidad llegó una segunda camioneta negra qué, según su placa, es propiedad de Marka Group, la empresa inmobiliaria de Sada Goray.

Los policías que vigilaban a la empresaria empezaron a sospechar de un intento de fuga. Teoría que tomó más fuerza cuando a la 1 de la mañana Sada Goray salió del hotel a toda prisa, se subió a una de las camionetas y salió del aeropuerto acelerando por la Av. Faucett.

La siguieron, pero, para sorpresa de todos, no fue lejos. Se detuvo en esta comisaría ubicada al lado del aeropuerto. Ahí, colocó una denuncia por los delitos de libertad personal y acoso. En la narración no nos menciona, pero es evidente que se refería a nosotros.

Estuvo en la comisaría por 45 minutos y volvió al hotel del aeropuerto. Las dos camionetas, otra vez, se quedaron cerca a la puerta del Costa del Sol, pero cuando amaneció una mujer con capucha salió del hotel y se subió a una de las camionetas. Aceleraron y se fueron por la Av. Tomas Valle. La mitad de los agentes que seguían a la empresaria fueron tras la camioneta y la otra mitad se quedó cerca al hotel.

La camioneta que salió del hotel iba tan rápido que fue intervenida en San Martín de Porres. Dentro de ella estaba uno de los hombres de seguridad de Sada Goray y una mujer llamada Gisella Matzunaga, asistente de la empresaria y trabajadora de Marka Group.

Los policías que se quedaron en el aeropuerto mandaron a vigilar todas las puertas del hotel. No lograban divisarla y tenían la sospecha de una fuga. Hasta que a las 6:30 de la mañana la vieron cerca del comedor. Estaba rodeada, la detención era cuestión de tiempo, exactamente 3 horas después. A las 9:40 de la mañana el Poder Judicial emitió la orden de detención.

Es entonces cuando llegan los fiscales, se suman a la policía, suben al segundo piso del hotel y en esta sala de recepción le informan que hay una diligencia. Suben a su habitación, la 624. Solo entraron dos policías, dos fiscales, su abogado Telmo Zavala y ella. Ahí, a las 9:50 de la mañana le informaron que estaba detenida.

Su primera reacción fue voltear hacia su abogado y media quebrada preguntarle: ¿Qué doctor, así es?

La noticia corrió. Habían detenido a la empresaria que hasta hace muy pocos días vivía plácidamente en Estados Unidos tras acogerse a la colaboración eficaz. ¿Si colaboraba con la justicia, por qué la detuvieron?

Las investigaciones de la fiscalía han encontrado que su participación fue más activa de lo que ella había aceptado. Sobre todo, en dos hechos que denunciamos en este programa.

El primero fue la toma del Fondo Mi Vivienda. Entidad adscrita al Ministerio de Vivienda, encargada de promover la venta de casas para los más pobres. Ahí, Sada Goray logró colocar en el directorio del Fondo Mi Vivienda a un viejo amigo, su ex contador, infiltró a su exesposo y designó a gente de su confianza en gerencias claves. Todo para aprobar un convenio que le permitía vender directamente a las familias más necesitadas y colocar los intereses que ella quisiera. Logró ese convenio gracias a sus cómplices y a las millonarias coimas que entregó a los altos funcionarios del gobierno pasado.

El otro hecho es apoderarse de un terreno que le pertenecía al estado. Colocó a gente muy cercana a ella en la Superintendencia de Bienes Nacionales, otra entidad adscrita al Ministerio de Vivienda, que se encarga de administrar los bienes de todos los peruanos. Ahí, Sada Goray buscaba que este inmenso terreno ubicado en Chilca sea adjudicado como suyo, ya que de acuerdo con una resolución judicial le pertenecía al Estado. Las personas de su confianza firmaron resoluciones administrativas a su favor que le permitieron ser ratificada como propietaria del terreno y gracias a ello seguir cobrando la millonaria suma de 45 millones de dólares por la venta previa que hizo.

La resolución fiscal, además, confirma que por todo eso Sada Goray le pagó a Salatiel Marrufo, hombre fuerte del gobierno de Pedro Castillo, sobornos de por lo menos 5 millones 400 mil soles.

Todos esos hechos le fueron recordados mientras estaba detenida en la habitación 624 del hotel. A las 7 de la noche la sacaron por la puerta trasera para que la prensa no la viera, fue trasladada a las dependencias policiales ubicadas en la ex prefectura. Ahí no logró evitar a las cámaras. Estaba detrás del periodista Mauricio Fernandini, que es acusado de ser uno de sus cómplices. Sada Goray aún tenía la misma ropa negra con la que la vimos horas atrás. De sus muñecas ya no colgaban la bolsa de esa pequeña compra que hizo en la zona libre de impuestos del aeropuerto. Ahora, llevaba puestas unas marrocas que las ocultaba con dos blusas, una negra y la otra blanca.

Sus empleados ya no estaban ahí para llevar su maleta color turquesa. Ahora, los policías le hacían el favor de llevarle su ropa y útiles de aseo en un par de bolsas grandes de plástico. A sus 43 años estaba camino a ingresar a una celda por primera vez en su vida.

A la mañana siguiente llegó a una sede del poder judicial para pasar por el control de identidad ante el juez de turno. Estaba con una blusa blanca y se cubrió el rostro con su casaca negra.

En la audiencia apareció junto al periodista Fernandini que también iba de blanco. Ella lucía más demacrada y cansada. Ya en la audiencia confirmó que estuvo viviendo en Estados Unidos los últimos nueve meses. Curiosamente, dio como casa actual una dirección en Trujillo, pero no pudo evitar mencionar su lujosa casa de Surco.

Al terminar la diligencia, la llevaron precisamente a su bonita casa de Surco para con su presencia cumplir la orden de allanamiento. Aquí la vemos regresando luego de varios meses, pero esta vez en compañía de la policía. La casa de Sada Goray es una locación sumamente importante en su historia.

Ahí celebró su cumpleaños en noviembre del 2021 bailando marinera con Mauricio Fernandini. En ese lugar le cantaron su cumpleaños feliz junto a mujeres y hombres que, para esas fechas, ya trabajaban en el estado para beneficiarla y sacar adelante los intereses de su empresa Marka Group.

Sin embargo, hoy luce vacía y llena de policías. El área que antes fue la pista de baile de su fiesta tiene ahora algunos muebles que lucen bien cuidados gracias a las personas de confianza que viven en la casa. El patio, junto a la piscina, donde se instalaron las orquestas para animar las noches de celebraciones, está intacto. La sala bien luce ordenada, aquí según la investigación fiscal, llegaron funcionarios públicos para cerrar negocios ilícitos, algunos aún desconocidos.

El sábado por la noche dejó su casa de Surco y fue trasladada nuevamente a su reclusión en la exprefectura. Hoy, domingo por la mañana su madre, Violeta Chong, fue a visitarla.

A Sada Goray aún le quedan 8 días más de detención preliminar. Cuando llegó al Perú nunca se imaginó que quedaría detenida y con la posibilidad de permanecer tras las rejas por meses o tal vez años. Tal vez ahora ya tenga la respuesta a una de las preguntas que no quiso responder.

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