Es la madrugada del 19 de febrero. Una cámara registra las últimas imágenes con vida de César Enciso, el exitoso administrador de una discoteca en Villa María del Triunfo.
Llega caminando a ver a un amigo que administra otra discoteca que está muy cerca de la suya. Horas después, César Enciso fue encontrado asesinado, un crimen que parecía una venganza por cobro de cupos, pero que en realidad tuvo un móvil realmente sorprendente.
Cesar Enciso tenía treinta y siete años, comenzó su carrera como DJ y con esfuerzo se hizo muy conocido en todas las discotecas de la zona sur de Lima. Aprendió como era el negocio y llegó a convertirse en el administrador de la discoteca Cava ubicada en el boulevard de Villa María del Triunfo.
La vida le sonreía, hasta que la tragedia tocó la puerta de la familia. El pasado diecinueve de febrero, Cesar fue encontrado muerto. Con varios balazos, su cuerpo estaba tendido en el pavimento al lado de una de las estaciones del tren eléctrico en Villa el Salvador. Todo apuntaba a un caso más de un empresario que estaba siendo extorsionado y que había sido asesinado por haberse negado a pagar cupos.
El caso empezó a ser investigado por agentes de homicidios de la dirección de investigación criminal. Tras las primeras pesquisas, los policías descubrieron que el asesinato de César Enciso no tenía nada que ver con el cobro de cupos.
El caso había dado un giro totalmente inesperado que sorprendió hasta a los propios investigadores.
