Sicariato en Perú: más de mil homicidios en lo que va del año
El 2025 podría ser el año más violento del país si no se frena la ola de homicidios por encargo
El sicariato en el Perú no se detiene y va en aumento. A la fecha, se han registrado 1,148 homicidios a nivel nacional, según el Sistema de Información de Defunciones. Las cifras preocupan a expertos y autoridades, que alertan que el 2025 podría convertirse en el año más violento de la historia reciente.
“El sicariato es un homicidio por encargo, al sicario solo le interesa el beneficio económico”, explicó el general (r) José Baella, exjefe de la Dircote, quien advirtió que bandas extranjeras y locales actúan con total desprecio por la vida humana.
El fenómeno no discrimina edad ni género. Las víctimas van desde niñas de tres años hasta adultos mayores, como lo evidencian múltiples casos recientes ocurridos en Lima, el Callao y otras regiones.
¿Qué pasó en el caso de Giormán Zamora?
Uno de los casos más impactantes ocurrió el último lunes en Campoy, San Juan de Lurigancho. Giormán Zamora Guerrero, ciudadano venezolano de 27 años, fue asesinado por un sicario disfrazado de repartidor, mientras se encontraba con amigos en un billar.
Tres de los disparos impactaron directamente en la víctima. Lo más perturbador: el sicario grabó su ataque con un celular, como prueba de su encargo. Luego, huyó en la misma moto que lo trajo. El crimen sembró miedo en los vecinos, quienes prefieren guardar silencio por temor.
¿Qué dice la policía sobre esta ola de crímenes?
Según el general (r) José Baella, las organizaciones criminales “se han vuelto más violentas y no tienen reparo en eliminar a quien les estorba”. Indicó que un asesinato por encargo puede costar entre 2,000 y 3,000 soles, un precio ínfimo para el valor de una vida.
Baella propone que las autoridades retomen estrategias como el canje de armas ilegales por recompensas económicas, como se hizo años atrás en el Callao: “De lo contrario, esto se nos va de las manos”, advirtió.
Por su parte, el coronel Luis Musayón, jefe de la Divincri Callao, confirmó que muchos ataques responden a ajustes de cuentas por control del narcotráfico. “Se ejecutan por hegemonía del poder en la venta de drogas”, afirmó.
¿Qué otras víctimas ha dejado el sicariato este año?
El sicariato ha cobrado víctimas incluso entre los más indefensos. En el Callao, una niña de tres años fue asesinada mientras viajaba con sus padres en una camioneta. El ataque, que dejó también un adulto muerto y una mujer embarazada herida, ocurrió en el jirón Cochrane.
Se presume que el objetivo era el copiloto, pero el tiroteo indiscriminado alcanzó a la menor y al conductor. “Se encontraron once casquillos en la escena”, precisó Musayón.
Días después, otro caso conmocionó a Ventanilla: un adolescente de quince años fue acribillado frente a una bodega, cuando salía a comprar. Hombres encapuchados lo sorprendieron con varios disparos. En los videos de seguridad, se oyen los gritos: “Ya no mires, no mires”.
¿Qué factores están alimentando el crecimiento del sicariato?
Las principales causas del auge del sicariato son la proliferación de armas ilegales, el poder de las mafias y la falta de presencia policial efectiva. El general Baella aseguró que muchos asesinatos se encargan con frases como: “Te voy a mandar la moto”, una forma de anunciar la ejecución.
“El sicario no distingue a quién mata. Solo cumple su objetivo. Si puede grabarlo, mejor”, sentenció el exjefe de la Dircote.
Otro factor es el miedo: los testigos prefieren no hablar y los vecinos de zonas afectadas como Huaycán, Campoy o el Callao se sienten abandonados. “Esto ya es tierra de nadie”, declaró una vecina anónima, que pidió no mostrar su rostro por temor.
La región más golpeada por homicidios es Lima, con 405 casos. Le siguen La Libertad con 127 y el Callao con 109.
En Huaycán, un mototaxista fue asesinado de tres disparos cuando esperaba a una amiga en la puerta de un salón de belleza. El pistolero lo sorprendió mientras descansaba en su vehículo y dejó los casquillos regados en el pavimento.
En muchos de estos casos, la policía presume motivaciones como extorsión, ajuste de cuentas o cobro de cupos. Pero sin investigaciones sólidas ni protección para los testigos, las organizaciones criminales siguen actuando con impunidad.
Los ciudadanos exigen acciones urgentes y coordinadas. “Solicitamos apoyo del serenazgo, de la comisaría, porque a veces tenemos mucho miedo”, dijo una madre de familia. Otra vecina pidió cerrar bares clandestinos donde, según dice, se reúnen desconocidos armados.
“Los fines de semana ya no se puede salir por las noches”, relató una mujer desde San Juan de Lurigancho.
Expertos y exjefes policiales reclaman que el gobierno despliegue planes integrales, no solo operativos puntuales, para recuperar el control de las zonas rojas y frenar el acceso a armas ilegales.
Resumen:
El sicariato sigue en aumento en Perú y ya suma más de 1,148 víctimas en lo que va del año. Crímenes como el de una niña de tres años, un adolescente y múltiples adultos acribillados en plena calle reflejan una violencia sin freno. Lima, Callao y La Libertad concentran la mayoría de casos. La ciudadanía exige respuestas ante un 2025 que podría ser el año más sangriento del país.











