Los pormenores detrás de la violencia desatada por delincuentes camuflados como manifestantes
Un menor de 14 años, traído de Pichanaqui a Lima con engaños y armado con una honda y más de 40 piedras de canto rodado, fue capturado por la Policía
La violencia desmedida de un grupo organizado quedó registrada en video. Imágenes registradas desde el 8 al 15 de diciembre durante las protestas en el centro de Lima, describen como lo que aparentemente era una movilización en rechazo al gobierno y al Congreso, se convirtió en una vorágine destructiva.
El 12 de diciembre, Víctor Nolly, de polo rojo y pantalón negro, intenta disuadir a la turba que lo rodea, protege su unidad móvil a toda costa pero es sobrepasado en número.
En medio del caos, Víctor no se da por vencido y nuevamente apela al dialogo, pero es conminado a abandonar su unidad. Se rehúsa, pero es rodeado por tres sujetos y una joven quienes lo sujetan limitándolo a observar cómo ese grupo enardecido destruye su unidad de trabajo.
Treinta segundos después, Víctor logra subir a su unidad, la enciende con la esperanza de salir del lugar, pero es conminado a bajar y obligado a salir del lugar, su vida estaba en riesgo, agarra su mochila mientras continúan destruyendo el vehículo.
El 13 de diciembre, Gustavo Tenorio Tejada es captado en video lanzando piedras a una unidad móvil del grupo cobra de la policía. Nuevamente un delincuente disfrazado de manifestante. La ferocidad de este sujeto desapareció por completo al ser detenido por los mismos policías que agredió.
El 14 de diciembre, Cuarto Poder acompaño a un equipo de capturas de la policía que tenían como objetivo detener a los delincuentes camuflados en las protestas.
Un menor de 14 años, traído con engaños a Lima, con dinero de por medio, armado con una honda y más de cuarenta piedras de canto rodado.
Jonatan Calle, suboficial de segunda con seis años de servicio en la unidad de Servicios Especiales, vivió en carne propia la violencia suscitada en Lima durante esta semana. Para este suboficial las protestas de esta semana han sido diferentes a la de otras oportunidades.
Junto a este joven policía, está su compañera la sub oficial de segunda Sheyla Ramírez con ocho años de servicio en la policía, específicamente en la unidad de servicios especiales USE.
Una semana en la que, según información de inteligencia de la propia policía, existía el riesgo de manifestaciones violentas y simultáneas en varios lugares de ciudad. La llegada a la capital de un numeroso grupo de asháninkas desde la selva central, así como manifestantes provenientes del Vraem, encendieron las alarmas.
El despliegue policial no se hizo esperar. Cientos de policías vigilaban el centro de Lima ante la posibilidad de que se generara una violencia sin control. El 15 de diciembre, en medio de la tensión generada por la posibilidad de nuevos enfrentamientos, una marcha por la paz que agrupo a diversos colectivos recorrió el centro de lima en respaldo a la policía y las fuerzas armadas.
Poco a poco, la calma parece volver a la ciudad, aunque por ahora todavía es difícil saber lo que pasará los días que vienen.














