La polémica elección de Josué Gutiérrez como Defensor del Pueblo

El nuevo Defensor del Pueblo, Josué Gutiérrez, no tiene un historial como especialista en derechos humanos, pero si registra una investigación por peculado e infracciones no consignadas en su hoja de vida

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El personaje que inspira aplausos tras su ingreso a este hemiciclo del Congreso se llama Josué Gutiérrez Cóndor, tiene 51 años y fue elegido, el pasado miércoles, como Defensor del Pueblo.

Siete bancadas del Parlamento votaron casi en bloque por su designación. Sin embargo, causó asombro que Perú Libre y Fuerza Popular, los dos grupos más numerosos del Congreso, hayan coincidido en su elección siendo, al menos en teoría, de convicciones marcadamente opuestas.

Pero, ¿quién es este hombre cuyo nombramiento ha causado tanto revuelo entre defensores de los derechos humanos? ¿Cómo logró juntar a perro, gato y pericote nada menos que en el fragmentado Poder Legislativo?

Josué Gutiérrez saltó a escena en 2011, tras un viaje que hizo junto con Alexis Humala a Rusia, donde los recibieron como funcionarios oficiales del Perú. Por entonces, acababa de ser electo congresista del Partido Nacionalista, pero se salvó de la investigación que le abrió el Legislativo por este episodio.

Durante este periodo, el abogado nacido en Pasco hizo gala de sus dotes como defensor, pues siempre estaba al pie del cañón cuando las denuncias empezaban a caer sobre Ollanta Humala –entonces presidente del país– y su esposa, Nadine Heredia. Llegó a ser catalogado como el escudero de la pareja presidencial.

Antes de ser legislador había ganado cargos de elección popular en Huánuco. Desde entonces, trató de volver a ocupar cargos públicos en su región y en el Congreso, pero siempre sin éxito.

En 2021, reapareció como abogado de Vladimir Cerrón y luego pasó a ser asesor de comisiones y de la bancada de Perú Libre en el Congreso, cargo que ocupó hasta que justamente Perú Libre lo propuso, oficialmente, como candidato para la Defensoría del Pueblo.

Era previsible que Perú Libre vote a ciegas por él, pero llamó la atención que Fuerza Popular, el partido que consideró siempre a Vladimir Cerrón y sus allegados como antidemocráticos, fuera tan contundente a la hora de respaldar al exabogado de su rival político.

Si bien la elección de Josué Gutiérrez contó con el voto de buena parte del Congreso, a muchas tiendas políticas le hizo ruido la sinfonía fujimorista-cerronista.

Cabe acotar que el Defensor del Pueblo liderará el próximo año la comisión especial de la Junta Nacional de Justicia, organismo que se encarga de elegir jueces, fiscales y ciertos miembros del sistema electoral. Cabe señalar aquí los cuestionamientos que el partido fujimorista ha hecho al jefe de la ONPE, y que tanto los líderes de Fuerza Popular como de Perú Libre afrontan juicios e investigaciones en curso.

El historial de Josué Gutiérrez no lo pinta como alguien experimentado en derechos humanos, pero en sus registros sí figuran una investigación por peculado y hasta infracciones de tránsito que no consignó en su hoja de vida.

Gutiérrez llegó al cargo tras ser evaluado por una comisión del Congreso. Quedaron él y Jorge Rioja como candidatos aptos.

El día de la elección en el pleno, Gutiérrez no alcanzaba los 87 votos requeridos, pero cambios a última hora en el tablero le dieron 88 votos a favor.

Uno de esos giros de timón lo hizo la congresista María del Carmen Alva, pese a que su partido, Acción Popular, fue el que propuso al otro candidato.

Otro acciopopulista que cambió su voto sobre la hora fue Edwin Martínez. Explicó su decisión a punta a corazonadas.

Un día después, tres congresistas presentaron una reconsideración a la votación. Pero la votación ratificó la elección de Josué Gutiérrez como Defensor del Pueblo hasta el año 2028.

El día de su juramentación en el cargo, que le otorga la misma inmunidad que a un congresista, Josué Gutiérrez prometió cambios en la Defensoría.

Deslizó que la institución se equivocaba al apuntar a derechos del primer mundo y ofreció que su prioridad serían los niños de la calle.

En momentos de convulsión social y crisis política siempre latente, la imagen del Defensor del Pueblo es clave. Por lo pronto, Josué Gutiérrez deberá esmerarse por estar a la altura del cargo y no resignarse a ser un escudero de causas perdidas.

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