Pedro Castillo, el nuevo inquilino del penal de Barbadillo

Siguiendo los pasos de Alberto Fujimori y Ollanta Humala, Pedro Castillo es el tercer expresidente peruano que pisa una celda del penal de Barbadillo, donde cumplirá 18 meses de prisión preventiva. Por Eduardo Quispe

Pedro Castillo detenido en la Prefectura. Cuarto Poder

El Penal Barbadillo es la única cárcel del Perú que ha cobijado, hasta ahora, a tres Presidentes de la República. Es una cárcel pequeña, aproximadamente 800 metros cuadrados construidos y resguardados por 20 policías del Instituto Nacional Penitenciario.

Fue creada en el 2007 para uso exclusivo de Alberto Fujimori, el primer expresidente al que alojó. Diez años después, en el 2017, habilitaron este espacio para otro exmandatario: Ollanta Humala. Quien estuvo ahí nueve meses. Desde esa fecha, el jardín y los dos ambientes que acondicionaron para él quedaron libres a la espera de otro inquilino. Cuatro años después el nuevo desafortunado llegó el último viernes por la madrugada.

José Pedro Castillo Terrones es el tercer expresidente del Perú que pisa una celda de Barbadillo. La justicia ha ordenado que esté aquí por 18 meses, ese es el tiempo de prisión preventiva que deberá cumplir mientras lo investigan por los delitos de rebelión y sedición al haber disuelto el Congreso hace once días, según la acusación fiscal.

Ese 7 de diciembre se le vino la noche a Castillo. La justicia lo detuvo y lo llevó hasta el distrito de Ate Vitarte, a la División Nacional de Operaciones Especiales (DINOES) para afrontar la medida contra su libertad que su, ahora, muy mediática defensa afrontó esta semana.

Ronald Atencio es el abogado que encabeza el equipo de defensa del expresidente. Es un hombre de suma confianza del congresista Guillermo Bermejo quien le presentó a Castillo en Palacio, ahora está rumbo a Barbadillo para visitar al exmandatario. Se entera por nosotros que esa madrugada del viernes su amigo fue despertado a la una de la mañana por los policías que lo cuidaban.

Lo sacaron del pabellón de oficiales que usó desde que llegó a DINOES. Era un convoy de nueve camionetas y cerca de 20 efectivos que lo trasladaron cerca de 400 metros hasta esta puerta trasera del cuartel policial. Salieron a la calle por unos metros para entrar a Barbadillo y así empezar a cumplir los 18 meses de prisión preventiva, una sanción que los propios abogados venían venir.

La defensa de Castillo dice no confiar en la justicia peruana, por esa razón han presentado una medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Está basado en tres argumentos. El primero es lo que Atencio llama la vacancia express.

El segundo argumento es otro procedimiento parlamentario. El lunes, el Congreso aprobó el levantamiento del antejuicio político contra Pedro Castillo. Gracias a este trámite Castillo fue acusado por la Fiscalía por el fallido golpe de Estado.

El tercer argumento que presentó a la justicia internacional es, según Atencio, la poca anticipación que recibieron para la audiencia de prisión preventiva. La defensa sabe que los trámites en la Corte Interamericana aún demorarán, mientras tanto, han presentado dos pedidos de habeas corpus en Lima que están a cargo de otro miembro del equipo de defensa de Castillo.

Raúl Noblecilla es otro abogado de Pedro Castillo. También es hombre de confianza del congresista Bermejo. Él se ha encargado de ver los pedidos de habeas corpus que buscan una liberación en el más breve plazo, ese tiempo para Noblecilla sería la próxima semana.

La libertad de Castillo no tiene posibilidad de concretarse sin afrontar el hecho que lo llevó a prisión: El golpe de Estado que intentó dar el 7 de diciembre pasado. Con respecto a ese acontecimiento la defensa prefiere, convenientemente, entrar en negación.

Otro “dónde” por responder aparece cuando los abogados llegan al distrito de Ate. ¿Dónde están los castillistas que defendían al expresidente en los primeros días de reclusión? Los pocos que han quedado se han trasladado a la puerta del penal Barbadillo. Con un parlante buscan amplificar la alicaída protesta. Son pocos y muy desconfiados. Dudan, incluso, hasta de los propios abogados de Castillo.

Los pocos simpatizantes que quedan son más cercanos a la familia de Castillo. La misma que lleva a sus propios abogados y que sigue responsabilizando a la prensa por la cárcel de su familiar. Así lo hace Vilma Vásquez Castillo, la hermana mayor del prófugo Fray Vásquez Castillo.

Ese desconocimiento hizo que durante la semana haya más de un abogado paseando por DINOES para tomar la defensa del expresidente. Esos abogados fueron llevados por la familia, Castillo los recibió e incluso dejó que se ocuparan de algunas gestiones, pero en el fondo nunca soltó la defensa legal-política de Atencio y Noblecilla, los asesores de Bermejo, quienes se han encargado de publicar las pocas estructuradas cartas que Castillo escribió desde prisión donde llama otra vez a la Asamblea Constituyente y culpa a la embajadora de Estados Unidos de ordenar la salida de las fuerzas armadas a las calles. Proclamas políticas que intentó hacer, en vivo, durante su defensa y que poco le sirvieron para recuperar su libertad.

Hasta el viernes, además de familiares y abogados, solo recibió la visita de uno de sus exministros. Luego de que la justicia ordenara los 18 meses de prisión preventiva no se vio más a su ex premier Betsy Chávez, su ex mano derecha Aníbal Torres nunca llegó a Barbadillo y hasta el sábado por la mañana ni un congresista de Perú Libre o del Bloque Magisterial llegaron a DINOES.

De momento, sus pocos visitantes deben cruzar por este portón, pasar una breve revisión médica en este ambiente, caminar por este pasillo, cruzar una puerta y, por fin, llegar a este ambiente asignado a Castillo. Tiene un jardín que podrá usar libremente.

Para verlo, el guardia que vigila deberá abrir una pesada puerta de metal que siempre está asegurada. Adentro lo recibirá un ambiente de 25 metros cuadrados que tiene hasta ahora solo una mesa y tres sillas. Al costado esta su dormitorio que tiene una medida similar, pero parece más chico por el baño privado que tiene al fondo.

Su celda está ubicada a la espalda de la prisión de Alberto Fujimori, otro expresidente que también dio un discurso de golpe de Estado y que está en Barbadillo desde hace 15 años.

Por su parte José Pedro Castillo Terrones, debería salir en junio del 2024. Pero su estadía podría prolongarse muchísimos años más si la justicia lo encuentra culpable de las 8 investigaciones por corrupción que aún trabajan y que lo han llevado de la pomposa vida de un palacio a la soledad de esta celda.

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