La línea 50 dejará de operar por extorsiones
La Línea 50 dejó de circular tras recibir amenazas. Usuarios temen que más empresas dejen de operar por la inseguridad
Usuarios del transporte público en Cercado de Lima y San Juan de Lurigancho comenzaron la semana sin ver circular a los buses de la Línea 50, una empresa de transporte que suele recorrer zonas clave como la avenida Abancay. ¿El motivo? Las constantes amenazas extorsivas que vienen afectando a choferes y cobradores.
Ante este escenario, la empresa suspendió temporalmente sus servicios. La decisión ha generado malestar y preocupación entre los pasajeros que usan esta ruta para ir al trabajo, al colegio o a sus hogares. Muchos temen que otras empresas también tomen la misma medida si la inseguridad no se detiene.
¿Qué dicen los usuarios afectados?
En las calles, los testimonios son de frustración. Una usuaria contó que ha llegado a esperar más de una hora sin éxito. “No tenemos cómo movilizarnos, el Gobierno no hace nada”, dijo. Otra persona expresó su temor por el aumento de tarifas y por tener que buscar rutas más peligrosas o lejanas.
La paralización no solo afecta el bolsillo, sino también la rutina diaria de miles de personas que dependen del transporte público para cumplir con sus responsabilidades.
¿Qué pasó con las protestas de los transportistas?
Este hecho se suma a una jornada de protestas ocurrida el último sábado en San Juan de Lurigancho. Transportistas de distintas líneas bloquearon varias vías importantes, como las avenidas José Carlos Mariátegui y Fernando Wiesse, para exigir al Gobierno medidas concretas frente al crimen organizado.
La manifestación fue parte de una serie de reclamos que se han repetido durante varios días. Los conductores denuncian extorsiones, amenazas y cobros ilegales por parte de bandas que operan con total impunidad.
¿Qué consecuencias tiene esta situación?
La suspensión del servicio de la Línea 50 refleja cómo la inseguridad está golpeando directamente al transporte público. Si el problema continúa, más empresas podrían dejar de operar y los ciudadanos quedarían expuestos a mayores gastos, riesgos y dificultades para movilizarse.
Los vecinos de San Juan de Lurigancho esperan una respuesta urgente por parte de las autoridades. Mientras tanto, siguen enfrentando cada día la incertidumbre de si podrán llegar a sus destinos sin problemas.











