Hoy:

    Influenza K desborda hospitales y expone colapso del sistema

    La nueva variante de influenza AH3N2 ha encendido las alertas, con hospitales colapsados y vacunas agotadas.

    Salas de emergencia al límite: Influenza K desborda hospitales y expone colapso del sistema. Foto y video: Cuarto Poder

    Una nueva alerta epidemiológica encendió las alarmas en Perú: la llegada de la subvariante AH3N2-K del virus de la influenza. Aunque los especialistas aseguran que no es más letal, sí se transmite con mayor rapidez. Esta situación ha provocado una creciente demanda de vacunas… que, por ahora, están agotadas.

    “¿Señorita, vacuna para la influenza?” pregunta un ciudadano en un centro de salud. “No tenemos, papá. Hasta el próximo año”, responde la trabajadora. Escenas como esta se repiten en Lima. No hay dosis ni para adultos mayores ni para niños, y nadie sabe con certeza cuándo llegarán nuevas.

    Un sistema sin respuestas

    El virus ha llegado en el peor momento: hospitales llenos, pacientes en sillas, en el piso, y médicos sin recursos. Cuarto Poder recorrió hospitales emblemáticos de Lima como el Arzobispo Loayza, el Dos de Mayo y el Hipólito Unanue. En todos, la historia se repite: salas de espera convertidas en salas de emergencia, pacientes atendidos en sillas de plástico y personas que esperan por días una simple tomografía o una cama.

    “No debería estar acá afuera usted”, le dice una reportera a un paciente. “Es que no hay camas”, responde resignado.

    Enfermarse es una odisea

    En el hospital Loayza, pacientes llegan a las 10 de la mañana y permanecen toda la noche esperando atención. En el Unanue, una mujer con un problema en la columna caminó con dificultad varios metros porque no había ni una sola silla de ruedas disponible. En el Dos de Mayo, los pasillos ya no son lugares de tránsito, sino de atención médica improvisada.

    “Para que me operen se demoraron 9 meses”, cuenta otro paciente. “Y hay otros peores que yo”.

    ¿Estamos preparados para una nueva emergencia?

    La pregunta que queda en el aire es: ¿hemos aprendido algo de la pandemia? El infectólogo Juan Villena es claro: “Cada vez que sucede algo debería dejarnos una lección. Pero no estamos preparados”.

    Mientras tanto, el sistema de salud sigue sin respuestas y la influenza K encuentra a hospitales saturados, sin vacunas, sin camas… y con miles de pacientes librando su propia batalla, en silencio, cada día.