Identifican a alias Caracas, el nuevo cabecilla de la red criminal Los Hijos de Dios

Según la PNP, Gustavo Enrique Serrano Salas, alias Caracas, por ahora es quien mueve los hilos de la mafia extranjera dedicada a la explotación sexual en el Perú

Foto y video: América Noticias

Los Hijos de Dios, facción del Tren de Aragua, ya tiene nuevo cabecilla. Lo conocen como alias Caracas. Desde el penal Ancón I maneja la red de prostitución en seis distritos de Lima. Somete a 20 menores de edad a base de torturas y amenazas. Hasta la fecha se espera que su próximo destino sea pisar la cárcel de Challapalca.

Sus captores las llaman "las cerezas" porque están en la cima del perturbador delito de explotación sexual. Son menores de edad distribuidas en 6 distritos o como ellos las denominan sus plazas.

La banda criminal los Hijos de Dios ya tienen a una nueva cabeza que dirige y ordena las muertes desde el penal Ancón I. Se trata de Gustavo Enrique Serrano Salas alias Caracas, por ahora quien mueve los hilos de la mafia extranjera.

Pero para contar una historia criminal que arrastra las cadenas de sus más ambiciosos propósitos. Se debe volver a la noche del 10 de noviembre del 2022 cuando se rompían las puertas de lo clandestino, José Ángel Ortega Padrón alias Armando, cubría las zonas del proxenetismo y tenía a sus más acérrimos soldados de la muerte. Se paseaban en plena avenida Javier Prado con fusiles disparando.

Alias armando estuvo vigilado durante días previos a su captura, en Surco tenían una de sus caletas perfectas. Custodiado por sus mercenarios, rendían cuenta del dinero amasado por cientos de mujeres obligadas a despojarse de su dignidad.

Contaban con motocicletas para vigilar las plazas y los vehículos con las mujeres que tenían que trasladar.

Pero después de todo el seguimiento por la División de Trata de Personas, Armando no pudo contener su caída y fue trasladado al penal de Ancón I junto con alias Caracas.

Armando seguía operando a pesar de estar recluido. Sus zapatillas Armani nunca lo abandonaron, al igual que el nunca dejo el negocio malicioso de la prostitución. Realizaba llamadas frecuentes dictando las órdenes que tenían que cumplirse a raja tabla.

Hasta que Challapalca lo recibió con las rejas abiertas, para quedar incomunicado, para no sentir más su presencia criminal. Es en ese momento donde caracas, ve la oportunidad ideal para la traición. Para asumir el papel del número uno. Pero esta vez no de la mano de Los Gallegos, sino de otra facción conocida como los hijos de dios.

Gustavo enrique serrano dejó de ser un simple gatillero y se convirtió en el cabecilla más sanguinario. Controla las plazas de Puente Nuevo, Dominicos, Zárate, Fiori, Breña y Zepita.

Atrás quedaron esas juergas llenas de alcohol y las risas que no dejaban de dibujar sus rostros. Y así fue, alias Caracas comenzó su ascenso del mal en medio de sus más funestas decisiones. En El agustino la policía dio con la casa de acogida en su interior armamento y más cachaquitos.

Las menores no podían salir sin la autorización del cabecilla. Después de someterlas a trabajos sexuales forzosos, las dejaban sin importarles su estado mental tan abrumado. Hasta que una de las niñas se percata que algunos posibles policías siguen sus pasos.

La policía actuó de forma articulada sin darles tiempo a reaccionar. Rescataron a las niñas que solo atinaron a dar información en medio de aquellas personas que solo buscan acabar con esta red de prostitución.

Según la policía, Caracas tiene a su disposición alrededor de 20 menores. Ganancias sumergidas en la violencia y las torturas a las que son sometidas por el sistema que el mismo diseño desde la prisión.

La requisa que no podía faltar se dio contra los intereses del número uno de los hijos de dios. Celulares que tapan las cámaras. Chips que nadie sabe como ingresaron. Revisaron en cada rincón, en cada tela o cuaderno. Donde encontraron miles de anotaciones y números telefónicos.

Hasta la fecha caracas espera el mismo destino del que fue su compañero de faenas y crímenes al gusto alias armando. Serán las alturas de la prisión más temida en el mundo, Challapalca.

Mientras las mentes tan frágiles que son abordadas con promesas cargadas de mentiras. Les dan la ligera suerte de que en el Perú no les faltara nada.

Pero lo que nunca les dicen es que serán revestidas por siniestros planes. De acapararlas en calles expuestas a la denigrante explotación sexual.

Relacionadas