Detenido en discoteca de SJL estaba implicado en homicidio

Se trata de un joven que sería un sicario implicado en un crimen, otra joven también estaría implicado en un asesinato

Asesinato en San Juan de Lurigancho. Canal N

“Sabes que estás comprometido. Me están dando 20 000 para matarte. Yo te voy a quitar 10 000 para dejarte tranquilo. Cuando estés ahí en la recepción te voy a meter un bombazo. Y si estás grabando la llamada y estás con la Dirincri, quien sea, me sabe a mierda igualito”.   

Amenazas como éstas son el pan de cada día en el distrito de Río Negro en Satipo en el departamento de Junín. Este sicario pide dinero a su víctima a cambio de no matarla.

Quien no tuvo la misma suerte fue Giordano Andía Quispe, un muchacho de 19 años que murió de cinco impactos de bala en el cuerpo. Todo indica que el crimen obedece a una disputa entre bandas por el manejo del negocio de la prostitución.

“Advierte esta persona que había un grupo de extranjeros que querían penetrar en este espacio, en bares clandestinos la presencia de damas, con la finalidad de traficar ilícitamente con estas damas en el rubro de la prostitución”, señala el coronel Víctor Revoredo, jefe de la División de Homicidios de la Dirincri.
 
Aquí vemos a la víctima Giordano Andía alardeando con una pistola y varios fajos de billetes. Unas horas antes de ser asesinado, una cámara de seguridad lo registra en la puerta de un conocido local donde se ejercía la prostitución. Se despide de sus acompañantes y decide quedarse en este lugar.

Otra cámara graba a los sicarios en este hostal. Están en pleno preparativo del atentado. Van al mando de un sujeto conocido con el alias de Caracas.

Los asesinos llegaron desde Lima con la misión de asesinar a Giordano Andía.

Así se gestó el plan criminal. Una mototaxi se detiene frente al local donde se encontraba la víctima. Luego bajan tres sicarios. Alias ‘Caracas’ los acompaña, pero luego se va del lugar. Los sicarios buscan a la víctima, ingresan al lugar, ejecutan el crimen y segundos después huyen. Ni siquiera esconden sus armas mientras escapan.

Los asesinos regresan al hotel donde se alojaron. Sacan sus cosas y después parten. No se supo más de ellos. Hasta que la División de Investigación de Homicidios y la Brigada Especial contra la Criminalidad Extranjera los identificó.

Uno de ellos es Kelvin José Ortiz Maita, un ciudadano venezolano que volvió a aparecer hace 10 días en una discoteca de San Juan de Lurigancho. En este lugar se intervino a más 200 personas, que se divertían portando armas y consumiendo drogas.

“Él acepta haber estado presente en este evento criminal. Ahí está la evidencia por eso cuenta con una detención preliminar. De esta muestra hay personas que registran gravosos antecedentes policiales en su país, contra el patrimonio en la modalidad de robo de vehículos, contra la vida, TID, y otros conexos”, señala el coronel Revoredo.

En este lugar también se intervino a Nairoby Arraez Martínez, una muchacha de 19 años también de nacionalidad venezolana, que está implicada en un asesinato con arma de fuego en Ica. El hecho ocurrió en abril de 2021.

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