Casa de Todos: Conoce a los jóvenes voluntarios que preparan la comida para los refugiados

Su sacrificada y desinteresada labor inicia a las 4 de la madrugada para llevar alimento a las personas adultas mayores que aún permanecen en Acho

Muestras de solidaridad en Acho. Foto: Cuarto Poder

Ellos no son toreros pero hacen una fiesta en Acho. Son los jóvenes que cocinan para los ancianos y personas sin hogar que fueron albergados en la plaza de toros hasta que pase la pandemia.

Los nobles cocineros más hidalgos que un Paquirri o un manolete, se levantan cada madrugada para cocinarle a los más necesitados, a los albergados en la denominada Casa de Todos.

Son 20 muchachos liderados por Diego Muñoz, un chef que dirige proyectos gastronómicos en Turquía y Portugal. Desde que empezó la pandemia, él se hizo cargo y convocó a jóvenes cocineros que estuvieran dispuestos a dar su tiempo de manera anónima.

Gastón Acurio prestó la gran cocina, las instalaciones del restaurante Astrid y Gastón y todo convergió para que una buena obra saliera adelante. 

Alrededor del mediodía, ya con el almuerzo hecho, salen hacia Acho a entregar la comida para los 120 refugiados que permanecen en este espacio.

Pronto, este lugar se mudará a un local permanente ubicado en la urbanización Palomino en un proyecto que la volverá más sostenible. Aún hay muchas personas que esperan por ser ayudadas en las calles.

La campaña lanzada para apoyar esta causa se denomina Un sol por la esperanza. Es un proyecto basado en arquitectura modular rodeado de áreas verdes y recreación para los albergados y que se desarrolla en un terreno de 5000 metros cuadrados.

Tiene dormitorios, talleres, lavandería, huerto, una gran cocina y muchos ambientes más. Para hacerla realidad se puede donar a través de la página casadetodos.pe. La fiesta de la vida debe ser permanente.

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