Hoy:

    Capturan a cabecilla de la Dinastía Alayón en Lima Norte

    Gabriela Segovia, alias “La Madre”, controlaba las plazas de explotación sexual en Lima Norte. Era pieza clave de la red dirigida por Macaro, ahora detenido.

    Foto y video: América Noticias

    Durante semanas, la División contra la Trata de Personas siguió en silencio cada paso de Macaro, un ciudadano venezolano identificado como el nuevo cabecilla de la Dinastía Alayón, facción del Tren de Aragua que opera en el Perú. El operativo culminó con su captura en el distrito de San Martín de Porres, Lima Norte, tras una intervención en la que incluso intentó engañar a las autoridades con una identidad falsa.

    Al momento de su detención, Macaro se presentó como Franyert Jesús Aponte Patiño, un nombre que corresponde a un recluso del penal de Tocorón en Venezuela. También portaba un documento peruano falsificado. La Policía Nacional del Perú confirmó que se trataba del principal líder de una red criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres extranjeras, principalmente venezolanas.

    ¿Qué funciones tenía Macaro dentro del Tren de Aragua?

    Macaro lideraba una estructura de trata de personas que operaba bajo la marca criminal de la Dinastía Alayón. Era el sucesor de “Mamut”, alias de Héctor Pietro Materano, capturado anteriormente. Desde su llegada, Macaro tomó control de plazas de explotación sexual en Lima Norte y coordinaba directamente con otras piezas claves de la organización.

    En su teléfono, la Policía halló evidencias de amenazas, reglas impuestas a las víctimas, registros de pagos y conversaciones sobre posibles atentados. También tenía acceso a datos logísticos sobre los puntos de trabajo y seguimiento a operativos policiales.

    ¿Quién es Gabriela Segovia, alias “La Madre”?

    Gabriela Segovia, de nacionalidad venezolana, era la encargada de controlar el funcionamiento interno de las plazas de prostitución dirigidas por la red. En redes sociales mostraba una vida pública activa, mientras en la práctica mantenía comunicación permanente con otras mujeres explotadas, transmitiendo instrucciones y amenazas a través de grupos de WhatsApp.

    Las víctimas la identificaron como “La Madre”, nombre con el que ejercía autoridad dentro de los puntos de captación. Tenía acceso a la información sobre operativos policiales y emitía órdenes para impedir capturas o castigar desobediencias.

    ¿Cómo funcionaba la red de explotación sexual?

    Testimonios recogidos por la Policía indican que las víctimas eran jóvenes extranjeras, en su mayoría venezolanas, traídas bajo engaños o coerción. Una vez captadas, eran retenidas en hoteles y obligadas a trabajar sin descanso. Debían pagar cuotas diarias o semanales y acatar reglas estrictas. El incumplimiento podía generar castigos o represalias.

    En muchos casos, las mujeres eran sometidas a interrogatorios vía videollamada antes de ser aceptadas en los puntos de explotación. Se les prohibía el contacto con autoridades y eran obligadas a consumir drogas como método de control.

    ¿Qué pruebas se encontraron durante el operativo?

    Durante el operativo, se hallaron cinco cartuchos de dinamita, listas con nombres de víctimas, municiones, drogas sintéticas y libretas de cobros. También se encontró un altar de santería, vinculado a rituales que, según la Policía, formaban parte de las creencias del grupo para proteger sus operaciones.

    Además, se recuperaron celulares con videos, fotos y audios que detallan la estructura interna de la organización. Algunos de estos registros vinculan a Macaro con un asesinato ocurrido en septiembre en una casa de apuestas de Las Malvinas, donde fue abatido un ciudadano venezolano con más de 30 disparos.

    ¿Qué relación tenían Macaro y Gabriela?

    La Policía estableció que ambos mantenían una relación cercana, tanto a nivel personal como operacional. Macaro protegía y complacía a Gabriela, y ella operaba como intermediaria directa entre el cabecilla y las mujeres explotadas. Se comunicaban constantemente y ambos fueron vistos juntos en eventos de celebración que, según las investigaciones, se realizaban con fondos ilícitos.

    Gabriela mantenía bajo perfil para evitar ser detectada por la Policía, pero seguía activa como autoridad dentro de la red. El operativo permitió también su captura y su caso se encuentra bajo investigación.

    ¿Qué sigue tras la captura de Macaro?

    La División contra la Trata de Personas considera que la estructura criminal continúa activa y que aún hay cabecillas operando en el país. El próximo objetivo de la Policía es Kevin André Rodríguez Lucena, identificado como el verdadero jefe de la Dinastía Alayón en la región. Es señalado como el responsable del envío de sucesores como Mamut y Macaro para mantener el control del negocio criminal en Perú.

    Mientras tanto, las autoridades continúan con los operativos para rescatar a víctimas y cerrar puntos de explotación en distintas zonas de Lima. El caso ha vuelto a poner en evidencia la capacidad de infiltración de estas organizaciones extranjeras en el país y la necesidad de fortalecer las medidas de prevención y persecución del delito.

    * Capturan a Macaro, cabecilla del Tren de Aragua en Perú.
    • Operaba en Lima Norte bajo la Dinastía Alayón.
    • Víctimas eran explotadas sexualmente en hoteles.
    • Gabriela Segovia, alias “La Madre”, controlaba las plazas.
    • Hallaron dinamita, libretas, drogas y celulares.
    • Macaro usaba identidad falsa con nacionalidad peruana.
    • Policía busca ahora a Kevin Rodríguez Lucena, el jefe real.