Cajamarca: asesinato de Vanessa Pereyra sigue sin resolverse ocho meses después

La mujer sigue desaparecida y el principal testigo de su caso, quien declaró a la Fiscalía, se suicidó

El hecho conmocionó a Cajamarca. Foto: América TV

Vanessa Pereyra Vergara (36) permanece desaparecida desde hace ya ocho meses. Nadie conoce su paradero. Su caso conmocionó a toda Cajamarca. 

El único testigo protegido que le narró a la Fiscalía que Vanessa había sido asesinada y luego su cuerpo lanzado al río se suicidó de un balazo en la cabeza después de haber dado su manifestación.

Ni la PNP ni la Fiscalía pudieron corroborar la información que el hombre brindó. 

Legalmente todavía no hay indicios para señalar a un culpable ni un cuerpo que corrobore un presunto delito de homicidio calificado. 

Los dos sospechosos del crimen, dos exparejas sentimentales de Vanessa, fueron puestos en libertad y ocho meses después no se sabe cuál fue el destino de la joven madre de dos menores. 

El pasado 13 de octure, Vanessa Pereyra Vergara salió a hacer algunos negocios al que se dedicaba: comprar oro a supuestos ministros ilegales para luego convertirlo en joyas.

Según los testimonios recogidos por las autoridades en el distrito de Baños del Inca una camioneta esperaba a la mujer. Camino a Chachapoyas uno de ellos sacó un arma mientras tomaban licos y le apuntó al chofer mientras el otro sujeto ahorcó a Vanessa con el cinturón de seguridad.

El cuerpo de la mujer habría sido lanzado al río Utcubamba, en Amazonas. El testigo que narró estos hechos fue Segundo Huamán Fernández, el chofer que llevó supuestamente a la joven a comprar oro. 

Él dijo que Edward Campos Luján le ordenó que trasladara a Vanessa Pereyra hacia Chachapoyas. Las investigaciones determinaron que Campos tuvo una relación sentimental con Vanessa.

El testigo protegido dijo que la expareja sabía del crimen y que después del asesinato lo llamó para decirle que él había matado a la chica.

Otra persona clave en la historia es Merce Sotomayor Mancisidor, exesposo de Vanessa: "Tenía problemas personales con él porque no le pasaba pensión a sus hijos, por lo que lo denunció y el exesposo se molestó y ella dijo que en enero de este año lo había amenazado de muerte", contó el testigo.

Líos de dinero, fuertes sumas trasladadas para la compra de oro y relaciones afectivas componen este rompecabezas que ocho meses después todavía no puede empezar a armarse. Muchas preguntas continúan aún sin respuesta.

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