Atentado con explosivos en Trujillo: sospechas con minería ilegal
La PNP investiga el último ataque con dinamita en la capital de la región La Libertad. Se presume relación con minería ilegal, mientras peritos analizan explosivos y viviendas afectadas.
El reciente atentado con explosivos en Trujillo ha vuelto a colocar a esta ciudad en el centro de la discusión sobre el avance de la criminalidad y la violencia vinculada a disputas por la minería ilegal. La detonación, ocurrida en una vivienda de la urbanización Las Quintanas, dejó más de 30 casas dañadas y al menos 11 personas heridas, entre ellas niños y adultos mayores.
La Policía Nacional ha señalado que se trataría de un nuevo episodio relacionado con las pugnas entre facciones criminales que operan en la provincia de Pataz, donde la minería informal ha generado enfrentamientos y actos de terror que ahora se expanden hacia zonas urbanas.

¿Qué ocurrió en la noche del atentado?
El ataque se produjo cerca de las once de la noche, cuando sujetos no identificados dejaron una maleta con cartuchos de dinamita en la puerta de un inmueble.
Minutos después, la carga detonó con gran fuerza, causando daños estructurales a viviendas aledañas, destrozando ventanas, puertas y parte del mobiliario.
El estruendo se escuchó en varias cuadras y generó pánico entre los vecinos, quienes salieron de sus casas en busca de refugio.
De acuerdo con testigos, los atacantes huyeron en motocicleta, aunque en la fuga tuvieron dificultades para encender el vehículo, lo que permitió que fueran registrados en videos de seguridad. Serenos y efectivos policiales llegaron poco después al lugar, iniciando las labores de auxilio y acordonamiento de la zona.
¿Qué hipótesis maneja la policía?
El general PNP Carlos Llerena, jefe de la región policial La Libertad, indicó que el atentado estaría vinculado a una facción de la organización criminal conocida como Los Pulpos. Se trataría de un ajuste de cuentas en el contexto de la llamada “guerra de la minería ilegal”.
La hipótesis principal es que este atentado responde a disputas por el control de territorios mineros en Pataz, donde grupos nacionales y extranjeros han encontrado un espacio para operar.
La magnitud del ataque, precisó la autoridad, demuestra que ya no se trata de simples amenazas con cargas pequeñas, sino de atentados planificados con material explosivo de alto poder, similares a los actos terroristas de décadas pasadas.
¿Qué explosivos se usaron?
Los peritos de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) de la PNP y especialistas de SUCAMEC confirmaron que se utilizaron más de 30 cartuchos de dinamita, una sustancia empleada en faenas mineras, pero cada vez más presente en manos de organizaciones criminales.
El material hallado corresponde a lo que los expertos denominan “pólvora blanca”, una mezcla altamente destructiva capaz de arrasar no solo viviendas, sino también estructuras comerciales y hasta instalaciones públicas.
Por este motivo, la policía realiza análisis químicos para determinar su procedencia y establecer posibles vínculos con campamentos mineros informales.
¿Cuál es el saldo de daños y víctimas?
El atentado dejó un saldo preliminar de 11 personas heridas y más de 30 viviendas afectadas. Entre las víctimas figuran mujeres, adultos mayores y menores de edad que sufrieron cortes por vidrios y traumatismos ocasionados por la onda expansiva.
Los damnificados denuncian que hasta ahora no han recibido un plan de apoyo integral por parte de las autoridades regionales ni nacionales. Señalan que, más allá de la asistencia inicial, no existen garantías de seguridad para evitar que hechos similares se repitan.
Antecedentes de ataques con explosivos en Trujillo
Este no es el primer episodio de esta magnitud. En enero de este año, un atentado con explosivos se registró en una sede del Ministerio Público, dejando al menos 29 casas dañadas y dos heridos. Siete meses después, en agosto, un nuevo estallido afectó a 180 viviendas y dejó cinco heridos.
Con este último hecho, ya suman tres ataques de gran escala en menos de un año en la ciudad de la eterna primavera, lo que ha generado comparaciones con la violencia vivida durante los años 90.
¿Qué dicen los expertos?
Para el exdirector de la PNP Eduardo Pérez Rocha, lo que ocurre en Trujillo responde a una combinación de factores: la expansión de organizaciones criminales locales, la inacción del Estado y la posible participación de grupos extranjeros, como los denominados Choneros de Ecuador, que buscan rutas para el tráfico ilícito de drogas y minerales.
Según explicó, la articulación entre bandas peruanas y extranjeras representa un riesgo mayor, pues no solo disputan territorios mineros, sino que también han comenzado a extender su violencia a las zonas urbanas.
Reacciones políticas y ciudadanas
Tras el atentado, el gobernador regional de La Libertad, César Acuña, ofreció declaraciones en las que calificó el hecho como un acto de “terrorismo urbano”.
Sin embargo, sus palabras generaron críticas debido a la falta de planes claros de prevención y seguridad.
Los vecinos, en cambio, reclaman una respuesta inmediata que incluya presencia policial permanente y asistencia para reparar los daños en sus viviendas.
Un reto para el Estado
La pregunta que queda abierta es si los estados de emergencia y las leyes aprobadas en el Congreso, como la figura de “criminalidad sistemática” con cadena perpetua, tendrán un impacto real en la reducción de esta violencia. Por ahora, los habitantes de Trujillo conviven con el miedo y la incertidumbre de no saber cuándo volverá a estallar la próxima carga explosiva.
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El atentado en Trujillo ocurrió la noche del jueves en la urbanización Las Quintanas.
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Se emplearon más de 30 cartuchos de dinamita, según la PNP y SUCAMEC.
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El ataque dejó 11 personas heridas y más de 30 viviendas dañadas.
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Policía investiga vínculos con minería ilegal y organización Los Pulpos.
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Este hecho se suma a dos atentados previos registrados en 2024.
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Damnificados exigen apoyo y garantías de seguridad.











