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Venecia, una de las ciudades más emblemáticas del mundo, se ha convertido en el escenario de una de las bodas más comentadas del año. Jeff Bezos y Lauren Sánchez celebran su unión en medio de protestas ciudadanas, despliegue de seguridad, una flota de yates y un presupuesto que podría alcanzar los U$D 25 millones.
La ceremonia principal tendrá lugar entre el 26 y 28 de junio, aunque las celebraciones ya comenzaron a bordo del Koru, el yate de 127 metros propiedad de Bezos. Ahí, una fiesta de espuma marcó el inicio de los festejos que incluyen locaciones como la basílica de San Giorgio y el exclusivo complejo del Arsenale.
El evento no ha estado exento de críticas. El grupo “No Space for Bezos” ha denunciado que la ciudad ha sido literalmente alquilada por las élites, usando pancartas y amenazas de bloqueos acuáticos para visibilizar su rechazo. Venecia, que lucha contra el turismo masivo, enfrenta ahora la paradoja de ser epicentro de una celebración que simboliza el lujo extremo.
Alrededor de 200 figuras de la élite internacional, como Oprah Winfrey, Leonardo DiCaprio, Kim Kardashian e Ivanka Trump, están invitadas. Como gesto simbólico, Bezos y Sánchez han pedido que no se les hagan regalos, sino donaciones a organizaciones venecianas dedicadas a la restauración patrimonial y sostenibilidad ambiental.
Greenpeace respondió al gesto con una protesta visual: una enorme pancarta con el mensaje “paga más impuestos” fue desplegada frente al Palacio Ducal, exigiendo una mayor contribución del magnate a los problemas que genera el turismo de lujo.
El alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, defendió la realización del evento alegando que “los beneficios superan cualquier molestia”. Considera que la presencia de figuras internacionales pone a la ciudad en el foco mediático global y puede generar impactos económicos positivos.
El cambio de locación —de la histórica Scuola Grande della Misericordia al Arsenale— responde a razones de seguridad y al incremento de manifestaciones. Aun así, la cobertura mediática ha seguido de cerca cada detalle, desde los preparativos hasta la logística náutica.
Lauren Sánchez, por su parte, planea hasta 28 cambios de vestuario durante los tres días de festividades. Su vestido principal está firmado por Oscar de la Renta, mientras que otras piezas han sido diseñadas por Dolce & Gabbana y Galia Lahav.
La celebración se ha convertido en un símbolo del contraste entre el lujo desbordante y la realidad de muchas ciudades que luchan por mantenerse sostenibles y accesibles. En el caso de Venecia, la boda de Bezos reaviva un debate que va mucho más allá de lo sentimental.





