El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) intensificó sus operativos en Houston, Texas, donde el 3 de junio deportó a 142 inmigrantes mexicanos con antecedentes penales. Esta acción forma parte de la política migratoria reforzada por la administración de Donald Trump, con foco en individuos con historial delictivo.

Según los reportes publicados en el ICE Newsroom, los deportados habían ingresado ilegalmente a Estados Unidos en 480 ocasiones combinadas, y acumulaban un total de 473 condenas por delitos diversos. La magnitud del operativo y el perfil de los detenidos generaron impacto en medios y redes sociales, al exponer casos de reincidencia severa.

Delitos graves y pandillerismo entre los deportados

Entre los expulsados, ICE identificó a ocho miembros de pandillas, once delincuentes sexuales condenados por abusos a menores y un individuo que cruzó la frontera 21 veces. Las condenas abarcan desde tráfico de drogas y violencia doméstica hasta posesión de armas y fraude. “Estas acciones son parte de nuestro compromiso por proteger a las comunidades”, indicó ICE en su comunicado oficial.

El desglose de cargos revela la gravedad de los antecedentes: 76 por conducir en estado de ebriedad, 48 por delitos relacionados con drogas y 22 por tráfico de personas. Las autoridades recordaron a los ciudadanos que pueden reportar actividades sospechosas al 866-DHS-2-ICE o mediante el formulario en línea disponible en su portal.