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El estado de Georgia ha sido escenario de un caso médico y ético que ha generado atención nacional. Una mujer con muerte cerebral fue mantenida con soporte vital durante más de cuatro meses para que su embarazo pudiera llegar a término. Finalmente, el pasado viernes 13 de junio, el bebé fue dado a luz mediante cesárea de emergencia en Atlanta, con solo seis meses de gestación.
Adriana Smith, una enfermera de 31 años, fue diagnosticada con muerte cerebral en febrero tras sufrir coágulos sanguíneos. Sin embargo, debido a su embarazo incipiente —de apenas ocho semanas— y a la legislación estatal que restringe el aborto, fue conectada a soporte vital durante meses. Su madre, April Newkirk, confirmó que el recién nacido, llamado Chance, pesa solo 822 gramos y se encuentra internado en la unidad de cuidados intensivos neonatales. “Se espera que esté bien. Está luchando. Solo queremos oraciones para él”, declaró Newkirk a medios locales.
La situación de Smith comenzó con fuertes dolores de cabeza en febrero. Fue atendida en el Northside Hospital y dada de alta, pero al día siguiente su pareja la encontró en estado crítico. Tras ser trasladada al Emory University Hospital, se le diagnosticó muerte cerebral debido a coágulos. En ese momento, tenía solo ocho semanas de embarazo.
Georgia aplica una ley de aborto casi total, que prohíbe el procedimiento una vez que se detecta actividad cardíaca fetal, lo cual ocurre alrededor de las seis semanas. Esta normativa, promulgada en 2019 y respaldada por el gobernador Brian Kemp, ha sido objeto de debate desde la anulación de Roe v. Wade en 2022.
Según la familia, los médicos se negaron a retirar el soporte vital por temor a incurrir en violaciones legales. Sin embargo, el fiscal general del estado, Chris Carr, aclaró luego en un comunicado que la ley “no obliga a mantener con vida a una persona con muerte cerebral”.
La familia de Smith expresó su rechazo a la decisión médica, argumentando que no se les permitió tomar una decisión informada. “Soy su madre. No debería estar enterrando a mi hija. Mi hija debería estar enterrándome a mí”, declaró April Newkirk con profunda tristeza.
El bebé Chance nació extremadamente prematuro, lo que implica riesgos elevados como ceguera, parálisis o problemas respiratorios. Aún no se sabe con certeza cuáles serán sus condiciones de salud a largo plazo. Smith, además, era madre de un niño de siete años y había dedicado su vida profesional al cuidado de pacientes en el hospital donde falleció.
El caso ha encendido nuevamente el debate sobre las leyes restrictivas de aborto en EE.UU., especialmente cuando entran en conflicto con decisiones médicas complejas y los derechos de las familias afectadas.





