Compotas para bebés: ¿Qué tan saludables son y cuándo evitarlas?
Conoce desde qué edad y de qué forma es ideal brindar una compota a un bebé y en qué casos puede afectar su desarrollo

Las compotas para bebés comerciales son un alimento práctico y rápido que puede sacar de apuros a muchos padres. Sin embargo, algunos especialistas no lo recomiendan y señalan que no deberían ser parte habitual en la alimentación infantil.
Así lo sostiene la Dra. Irma Caluña, médico especialista en lactancia y alimentación infantil, quien asegura que ciertas compotas para bebés pueden alterar su desarrollo y tener un efecto en el rechazo o aceptación de ciertos alimentos.
¿Qué tan saludables son las compotas para bebés?
Las compotas para bebés pueden ser preparadas de forma artesanal o también adquiridas comercialmente y es en este último caso donde hay que tener cuidado y observación al elegir un producto.
“Muchas contienen azúcares añadidos, almidones, conservantes y sabores artificiales que pueden alterar el desarrollo del paladar y aumentar el riesgo de enfermedades a futuro”, explica la Dra. Caluña.
Por lo general, las compotas para bebés comerciales son muy dulces; pero incluso sin azúcar añadida, tienen una textura totalmente uniforme, lo cual no estimula el desarrollo sensorial del bebé
La actividad sensorial (a nivel visual, auditivo, olfativo y gustativo) es clave en los primeros años de vida, ya que el aprendizaje nace primero de lo sensorial. Es por ello que los primeros cinco años son cruciales para el desarrollo cognitivo de un menor.
Asimismo, ofrecer compotas con frecuencia puede causar que el bebé tenga un rechazo por la comida real.
“Al acostumbrarse a ese tipo de alimentos, es más probable que rechace sabores naturales como los de frutas y verduras frescas, y que le cueste aceptar diferentes texturas en el futuro”, agrega la especialista.

¿Qué compota es buena para los bebés?
Las compotas para bebés pueden ser saludables, siempre y cuando sean caseras o se opten por opciones comerciales sin azúcares añadidos ni aditivos.
Sean caseras o un producto natural, las compotas pueden aportar vitaminas, minerales y fibra que apoyan el crecimiento, el desarrollo y la digestión. Además, con ello es una buena forma de introducir nuevos sabores y texturas en cuanto a la alimentación complementaria.
¿Es mejor la compota casera o comercial?
Se recomiendan las compotas preparadas en casa porque te dan un control total sobre los ingredientes, asegurando que no tengan azúcares añadidos ni conservantes, a diferencia de los comerciales.
No obstante, puedes consultar con el pediatra acerca de las compotas comerciales más saludables, donde en la etiqueta no incluyan azúcares añadidos ni conservantes perjudiciales, sino que contengan una gran cantidad ingredientes naturales.
¿A qué edad se le puede dar compota a un bebé?
Un bebé puede recibir una compota saludable desde que inicia su alimentación complementaria a partir de los seis meses, cuando empiezan a salir los primeros dientes de leche y donde además de la lactancia, recibe comidas blandas.
De igual forma, la Dra. Caluña recuerda que desde el inicio, lo ideal es ofrecer variedad y comida real, sin azúcar añadida y con diferentes sabores y consistencias. De esta manera, se ayuda a formar un paladar saludable en el bebé desde los primeros bocados.
¿Cuál es la diferencia entre papilla y compota?
De acuerdo al portal Club Mamás y Papás, especializado en cuidado infantil, las papillas se preparan cocinando agua o leche con cereales, verduras o frutas. En cambio, las compotas son generalmente conservas elaboradas a partir de frutas y se pueden realizar en casa o adquirirlas como producto.
Tanto las compotas como las papillas son alimentos que ofrecen diversas ventajas al momento de iniciar la alimentación complementaria. Lo más importante es consultar con el pediatra o nutricionista para asegurar que alcancen las necesidades nutricionales específicas del bebé.

¿Desde qué edad un bebé puede empezar a comer alimentos sólidos?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo general, los seis meses de edad marcan el inicio de la alimentación complementaria, un proceso muy importante en el desarrollo integral de un bebé.
A partir del sexto mes, el sistema digestivo del bebé ha madurado lo suficiente para procesar la solidez de algunos alimentos, sus riñones funcionan mejor para eliminar los desechos y ha aprendido a deglutir con mayor seguridad.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda identificar tres señales fundamentales:
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Que el bebé pueda sentarse con apoyo y mantener la cabeza erguida.
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Que muestre interés de abrir la boca al acercarle alimentos.
- Que ya no presente un reflejo de extrusión, una respuesta involuntaria donde el bebé expulsa el alimento sólido hacia afuera con la lengua.
¿Un bebé debe comer sus alimentos en papillas o trozos?
El método tradicional consiste en dar a los bebés alimentos con cuchara en forma de puré o papilla. Sin embargo, actualmente existen alternativas como el baby-led weaning (BLW) o el baby-lead introduction to solids (BLISS), que incluyen alimentos en trozos o en forma de deditos con distintas texturas, pero de consistencia blanda. Para más informació, ver aquí:








