Tampoco así: Restaurante usó sacerdote falso para escuchar las confesiones de sus trabajadores

Una particular forma de saber cuál es el ambiente laboral que les podría salir caro 

Sacerdote falso "confesó" a trabajadores de restaurante / Referencial / Aciprensa
Sacerdote falso "confesó" a trabajadores de restaurante / Referencial / Aciprensa

¡Se excedieron! Los dueños de un restaurante de comida mexicana decidieron averiguar qué tan leales eran los trabajadores de su negocio de una forma que les podría salir caro. ¿Por qué?

De acuerdo con el Washington Post, el Departamento de Trabajo informó que los investigadores federales encontraron que los propietarios de la Taquería Garibaldi, una cadena de restaurantes en el norte de California, usaron a un sacerdote falso para obtener las confesiones de irregularidades de sus empleados. 

Tampoco así: Restaurante usó sacerdote falso para escuchar las confesiones de sus trabajadores

Aunque podría sonar gracioso, no lo es, ya que las autoridades laborales iniciaron una investigación luego que los trabajadores alegaran que no les estaban pagando horas extras. Fue uno de los exempleados el encargado de señalar que Eduardo Hernández, propietario del lugar, les presentó a un “sacerdote” que les “sacaría los pecados”. 

¿En qué consistía todo?

Según el relato, el supuesto sacerdote comenzaba las reuniones con una oración y luego procedía a hacer preguntas a los empleados sobre si eran leales al dueño y si alguna vez le habían robado. 

“Tan pronto como comenzó la confesión, encontré que la conversación era extraña y diferente a las confesiones normales, donde le diría a un sacerdote sobre los pecados que quería confesar. El sacerdote tenía principalmente preguntas relacionadas con el trabajo, lo que me pareció extraño”, dijo María Parra, una exempleada, en su declaración jurada. 

Los documentos judiciales indican que Hernández le pidió a uno de los empleados que les dijera a los investigadores que trabajaban solo ocho horas al día, cinco días a la semana a pesar de no ser cierto. Además, le pidió que manipulara las tarjetas de tiempo. 

¿El resultado? Un juez federal ordenó a los propietarios el pago a 35 empleados, es decir, un total de 140 mil dólares en salarios atrasados y daños y perjuicios. 
 

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