Hoy:

    Vecinos temen por grietas en casas tras obras cercanas

    Vecinos de Lima aseguran que sus viviendas se dañaron por excavaciones.

    Casas se rajan y destruyen por otras construcciones colindantes

    “Ya no puedo alquilar mis departamentos, todos tienen rajaduras”, dice doña Goya Morales, una mujer de 92 años que hoy mira su vivienda multifamiliar en Miraflores con tristeza. Lo que construyó con esfuerzo ahora está vacío, agrietado y desvalorizado. Su historia no es la única.

    En distintos distritos de Lima como Miraflores, Surco y el Callao, vecinos aseguran que sus casas presentan fisuras, hundimientos y paredes partidas que comenzaron a aparecer tras el inicio de grandes excavaciones para nuevas construcciones cercanas.

    ¿Por qué se están agrietando las casas?

    En Miraflores, doña Goya muestra cada rincón de su vivienda. “Miren esto”, dice mientras señala una pared que ya no parece soportar más presión. El piso está levantado, los muros se han rajado desde la base hasta los techos y los departamentos lucen inhabitables.

    Un informe técnico de 2023 indicaba que inicialmente solo había pequeñas fisuras. Pero un año después, tras el inicio de una construcción vecina, los daños estructurales eran evidentes: grietas profundas en muros, ventanas partidas y mayólicas desprendidas.

    ¿Qué dicen los ingenieros?

    El ingeniero civil Cristian Sotomayor, quien recorrió el lugar junto a Cuarto Poder, explicó que las paredes han superado su capacidad de resistencia. Según sus observaciones, las fisuras en distintos ángulos, tanto verticales como horizontales, son típicas de un movimiento estructural originado por la remoción del terreno.

    “El terreno ya no es estable. Hay una palanca invisible que está jalando las paredes, probablemente desde las excavaciones cercanas”, detalló el especialista.

    Este tipo de daño, según Sotomayor, puede producirse incluso a 30, 40 o 50 metros de distancia de una obra, dependiendo de la profundidad y la maquinaria utilizada.

    ¿Qué dicen las inmobiliarias?

    La empresa encargada de la construcción vecina sostuvo mediante un comunicado que sí se realizaron inspecciones y se ofreció un cronograma de reparación. Sin embargo, afirman que la propietaria exigía una compensación económica por alquileres perdidos, lo que habría dificultado el ingreso del personal técnico.

    En Surco, otra familia vive una situación similar. La casa colinda con una nueva edificación en construcción y presenta fisuras en columnas, pisos sueltos y concreto desprendido. “Estamos a una casa de distancia y ellos dicen que no somos vecinos colindantes”, cuenta el joven propietario.

    ¿Y el riesgo ante un sismo?

    El temor de los vecinos es constante. “Con un temblor, no sabemos si esto se cae”, afirma uno de ellos. Varios departamentos han sido desalojados y los inquilinos han abandonado las viviendas por seguridad. Algunos vecinos, como en el Callao, han logrado llegar a acuerdos con las constructoras. Pero en otros casos, la incertidumbre y el deterioro avanzan.

    Un informe técnico de la municipalidad de Surco en julio de 2024 concluyó que hubo asentamiento diferencial como consecuencia de una obra colindante y recomendó iniciar un proceso de conciliación. Pero hasta ahora, no hay soluciones concretas.

    ¿Qué está en juego?

    “Mis inquilinos se fueron uno a uno… yo sigo pagando los arbitrios, pero ya no tengo ingresos”, lamenta doña Goya.

    Las historias se repiten. Familias que invirtieron su dinero en construir su hogar, hoy ven cómo se agrieta por dentro. Mientras los edificios nuevos avanzan y se venden, las casas vecinas quedan marcadas por el deterioro, el miedo y la frustración.