Tráfico ilegal de fauna silvestre: El tercer delito que más dinero genera en el mundo

La policía intervino a un hombre en el Aeropuerto Jorge Chávez cuando intentaba ingresar un cargamento con 160 animales exóticos, 15 de ellos especies internacionalmente protegidas

Video: Cuarto Poder
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Estos animales de ojos grandes y tres cuernos sobre la cabeza que se mueven casi en silencio se llaman camaleones de Jackson.

Viven en África, pero dos de ellos reposan ahora tranquilos aquí en el Perú a miles de kilómetros de casa, en un ambiente lo más parecido posible a su hábitat natural. Es una especie que casi no tiene contacto con las personas, pero estos dos camaleones son parte de un grupo de animales exóticos que esta semana fueron rescatados tras sobrevivir a un largo viaje en las peores condiciones. Una experiencia que incluso acabó con la vida de algunos de ellos.

Son las doce y treinta y cinco de la noche del 17 de noviembre. Estas son las oficinas de aduanas del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Comienza la madrugada y el movimiento de los agentes a esa hora es inusual.

La máquina de rayos X detectó un cargamento pocas veces visto en una de las maletas provenientes de Miami. El equipaje le pertenece a Jesús José Miguel Hidalgo Cerdán.

Este hombre de 68 años intentaba ingresar al país desde Estados Unidos un cargamento con 160 animales exóticos; de ellos, 15 son especies internacionalmente protegidas.

Al notar esto, los agentes de aduanas llamaron a la policía ambiental, la fiscalía y especialistas del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre.

Cuando las autoridades le pidieron que abriera el equipaje, su sorpresa aumentó. Jesús Hidalgo Cerdán conoce perfectamente lo que ha traído. Incluso distingue rápidamente el sexo de los animales.

Las condiciones en las que los transporta son evidentemente malas. Los camaleones, por ejemplo, se mueven con dificultad. Se notan bastante débiles. Incluso, los especialistas se sorprenden de que algunas especies aún estén vivas. La sorpresa de la policía fue mayúscula. Normalmente no se topan con este tipo de casos.

Al momento del interrogatorio, lo primero que los policías preguntaron fue el motivo del transporte de estas especies. Sin embargo, la respuesta de Jesús Hidalgo los dejó aún más confundidos; ya que, sí sabía que necesitaba un permiso para tenerlos y aun así no lo tramitó.

La confusión aumentó cuando no brindó una respuesta satisfactoria sobre cómo logró pasar los controles de otros países. Ante esta explicación, los policías le dejaron claro que lo que había hecho era un delito.

¿Y por qué este cargamento llamó tanto la atención de las autoridades y de los especialistas?

Jesús Hidalgo Cerdán no poseía un permiso para transportar los 160 animales que se encontraban entre sus pertenencias. Eso ya implica un delito y una suposición de tráfico ilegal de fauna.

El camaleón de Jackson es una especie de origen africano. Predomina en Senegal y cada uno de estos pequeños animales puede llegar a valer hasta dos mil quinientos dólares.

Un poco más caro, el Varano de Sabana puede llegar a costar tres mil quinientos dólares, cada ejemplar. También es una especie de origen africano que predomina en Kenia.

Más baratas, pero no menos exóticas, las Tortugas de Mapa pueden llegar a costar mil quinientos dólares cada una provienen de Estados Unidos.

En Asia, y principalmente en China, existe una gran demanda de esta clase de animales exóticos. En muchos casos, las personas que recurren al mercado negro para adquirirlos lo hacen porque desean tenerlos como mascota

Frente al policía, con una mano entre las piernas y la otra con la que realiza ademanes para explicar su versión, Jesús Hidalgo contó que precisamente el principal objetivo de haber traído este cargamento con animales era venderlos como mascotas.

Ahora, su declaración genera más preguntas que certezas. Al margen del hecho de que Jesús Hidalgo quería vender estos animales como mascotas, en su declaración le dice a la policía que vive en Perú.

Descubrimos que no es así porque buscamos su dirección en el Reniec y su domicilio figura en Miami.

Además, le dejó a la fiscalía una dirección de arraigo domiciliario en Lima, pero fuimos ahí y no lo encontramos. No encontramos a Jesús Hidalgo en Lima porque viajó el 19 de noviembre a Estados Unidos, pocas horas después de haber sido intervenido.

Pudo realizar este viaje sin ningún problema; ya que, las autoridades no se lo impidieron.

En el acta de la fiscalía especializada de medio ambiente del Callao, el fiscal Marlon Portocarrero Seminario señala que si bien este caso podría ser denominado como tráfico ilegal de fauna silvestre, no le aplicará una prisión preventiva porque Jesús Hidalgo no es reincidente.

El Código Penal señala que cualquier persona que adquiere, vende, transporta o almacena estas especies sin permiso merece una pena no menor de tres ni mayor de cinco años.

Mientras Jesús Hidalgo ya descansa en los Estados Unidos, las especies que quiso ingresar ilegalmente al país se recuperan. Luces con colores especiales, sensores de movimiento, temperatura regulada y otras tantas características describen este lugar perfectamente acondicionado para los animales sobrevivientes.

Los especialistas se mueven de un lugar a otro para verificar que respondan bien al tratamiento. El objetivo es claro: salvarles la vida.

Además de los presuntos delitos ya descritos, el agravante de este caso es el detalle de las condiciones en las que fueron trasladadas estas especies desde Miami hasta Lima.

Un grupo de 24 de los 160 animales murieron después de haber sido sometidos al rigor de un viaje sin las mínimas condiciones de salubridad.

Pero todos estos factores están dentro del presupuesto de los traficantes a lo largo del mundo. Su forma de operar incluye sacrificar algunos ejemplares para poder consumar su plan.

Según el fondo monetario internacional, el tráfico ilegal de fauna silvestre es el tercer delito que más dinero genera en el mundo después del tráfico de drogas y la trata de personas.

Los diez mil millones de dólares anuales que se producen con este delito son posibles gracias a personas que pretenden tener estos animales como mascotas y a inescrupulosos que logran evadir sin problemas la justicia.

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