Piedras en el camino

Luego de que el presidente Castillo colocó la primera piedra, la empresa que ganó la licitación empezó a demoler el colegio. Todo fue derribado cuando el gobierno regional del Callao canceló el contrato y el sueño del colegio nuevo quedó destruido. Un reportaje de Eduardo Quispe.

(Video: Cuarto Poder)

Cirly Joisi Ramírez Segovia fue alumna del colegio en ruinas que hoy recorre.

No está aquí como exalumna o como madre de familia. Está aquí como maestra y directora de esta institución educativa llamada Virgen de Fátima. Está con pena y rabia, porque lo que pisa no solo son las paredes de las aulas que administraba. Pisa, también, los escombros de un sueño. Un sueño que ahora parece una pesadilla por capítulos, que incluye hasta la colocación de la primera piedra por parte del presidente Pedro Castillo.

El Colegio Virgen de Fátima está ubicado en el escarpado barrio de Satélite en Ventanilla. La maestra Cirly Ramírez lo dirige desde hace 17 años, pero desde el 2013 empezó, literalmente, el declive.  

Quedarse ponía en riesgo la vida de los 1700 alumnos y de los cerca de 80 maestros. Debían irse, pero había un pequeño problema; no había adónde ir. Tardaron dos años para conseguir un pequeño espacio en este colegio de la zona donde solo pudieron reubicar a algunos alumnos de primaria.

A pesar del peligro, tuvieron que pasar dos años más, es decir hasta el 2017 para conseguir otro descampado sin uso para los alumnos de secundaria. Sin embargo, terminar de habilitar este espacio les tomaría dos años. A la vez, otra gestión fue avanzando. O por lo menos intentando avanzar. El colegio ya había sido declarado inhabitable, los alumnos seguían estudiando en medio del peligro y ninguna autoridad empezaba las gestiones para la reconstrucción, la directora y los padres tuvieron que hacerlo.

Finalmente los alumnos dejaron su colegio en el 2019 y se instalaron en estos módulos. Sin embargo, la pandemia llegó y los módulos que tanto trabajo costó conseguir se quedaron vacías por dos años más. Lo que no se detuvo fueron las gestiones para conseguir la reconstrucción total. Una misión que tras 9 años ya se había convertido en un sueño. Una ilusión que parecía estar a punto de hacerse realidad.

El propio Presidente Pedro Castillo llegó hasta la urbanización Satélite para poner la primera piedra de una obra de la que no tenía mayor detalle.

Hoy Cuarto Poder demuestra que cuando el Presidente Pedro Castillo y las autoridades del Callao anunciaban el tan anhelado inicio de la reconstrucción del colegio, ya existían por lo menos dos advertencias formales sobre serias irregularidades en el proceso de licitación de la obra Virgen de Fátima. Irregularidades que han llevado a la paralización total de la obra y al abandono de la misma esta última semana.

Jose Remigio Sosa Dulanto es el gerente general del Gobierno Regional del Callao y fue uno de los más entusiastas cuando se colocó la primera piedra del colegio Virgen de Fátima. Sosa Dulanto es la mano derecha del Gobernador Regional, Dante José Mandriotti Castro, más conocido como Kiko Mandriotti.

Pero lo que Mandriotti no le dijo al presidente Castillo que casi un mes antes de la colocación de la primera piedra, se denunciaban irregularidades en el proceso de licitación para la reconstrucción del colegio.

Cuarto Poder obtuvo en exclusiva este documento fechado el 9 de febrero en el que un asesor legal del Gobierno Regional advierte, gracias a una denuncia, de probables irregularidades en el proceso de licitación. El propio gerente general de la región corrobora no solo la veracidad del documento sino que también admite que no tomaron una medida extraoficial ante dicha advertencia y se trata de justificar con un absurdo ejemplo.

Pero hubo otros documentos que advertían de más irregularidades. El 23 febrero, también antes de colocar la primera piedra, se denunció que la carta de línea de crédito presentada por el ganador de la licitación, el Consorcio Virgen de Fátima, era falsa. La advertencia fue realizada por el Consorcio Educativo Callao, que había participado en el concurso.

A pesar de todas las advertencias, el 4 de marzo se firmó el contrato y se colocó la primera piedra de lo que sería la reconstrucción total del colegio Virgen de Fátima, con la presencia del propio presidente Castillo.

La visita del presidente Pedro Castillo fue corta, no más de 20 minutos. Saludó a la portátil, se subió a la máquina retroexcavadora, lampa en mano puso un poco de cemento y se retiró. Un mes y medio después de aquel día lleno de expectativa la obra luce así.

Luego de colocar la primera piedra, la empresa que ganó empezó a demoler el colegio. Las aulas, oficinas, baños, y hasta la loza deportiva, ya habían sido derribadas cuando el gobierno regional del Callao canceló el contrato y el sueño del colegio nuevo quedó destruido.

Recién dos semanas después de poner la primera piedra, según el gerente de la región Callao, se hicieron las revisiones de ley o lo que se llama control posterior. Ahí descubrieron que la carta de línea de crédito emitida por el consorcio ganador era realmente falsa como tanto habían advertido los denunciantes.

Para la directora Cirly Ramírez que ha esperado 9 años por la reconstrucción del colegio la respuesta la indigna.

Mientras tanto, el colegio continúa abandonado, en ruinas, y a la espera un nuevo proceso de licitación que el Gobierno Regional dice estar preparando. Ellos aseguran que el retraso es mínimo y que la comunidad igual tendrá su colegio.

Sin embargo, eso que llaman " pequeños retrasos" no le hace ninguna gracia a los maestros.

Buscamos a las empresas que conforman el consorcio Virgen de Fátima, pero no quisieron participar de este reportaje.

La reconstrucción total del colegio Virgen de Fátima tendrá un costo de cerca de 30 millones de soles pero hay mucho, muchísimo más en juego.  La región Callao tiene un plan para reconstruir cerca de 47 colegios estatales y han desembolsado la considerable suma de mil cien millones para hacerlo. Ante los hechos la pregunta se cae de madura.

Lo que realmente cuesta, para alumnos y maestros, no solo es entender, sino ver a su colegio en ruinas, luego de un anuncio de reconstrucción por todo lo alto. ¿Cómo hacerles creer que son los mejores cuando se les da lo peor?  

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