Mala: La confesión del feminicida que descuartizó a su expareja

Un macabro crimen conmocionó a la ciudad de Mala. El cuerpo de una mujer de 32 años fue encontrado descuartizado en una playa del sur. En exclusiva la confesión del feminicida y audios en los que la víctima relataba el calvario que vivía con su expareja

Foto y video: América Noticias

Apagaron la luz de sus ojos de la noche a la mañana. Murió a manos del hombre que tantas veces le prodigaba amor eterno. Fue brutalmente asesinada, descuartizada y sus restos arrojados al mar, en un intento por desaparecerla. Un macabro crimen donde todas las miradas apuntan directo a este despiadado y frívolo hombre.

Es el silencio de un desalmado feminicida que se ensañó cruelmente con la madre de sus hijos, quien era una joven trabajadora, amorosa, alegre y de buen corazón. Estas fotografías son a inicios de la relación, hace más de una década, cuando todo era felicidad, instantáneas, en las que posaban juntos y otras con toda la familia. Imágenes que hoy quedaron atrás y que, ahora, guardan un inmenso dolor.

Geydy Liszbeth peña lázaro tenía todo un futuro por delante se había separado hace dos meses del padre de sus hijos, pero a pesar de ello vivían juntos por amor a sus dos pequeños, pero cada día de esa convivencia, ya, se había tornado en un infierno, por el acoso y hostigamiento del hombre que algún día juró amarla.

Abel Antonio Chilipio Damián es el culpable de este horrendo asesinato, un hombre que ha confesado su terrible accionar. Se sabe que luego de ahorcarla en su habitación, Abel, sin remordimiento, estuvo conviviendo horas con el cuerpo de su ex pareja, luego la arrastró y subió a este mototaxi azul para llevarla a la playa, donde sin compasión, la descuartizó.

En exclusiva, les mostramos la reconstrucción del asesinato en la playa y detalle a detalle cómo de la boca del feminicida iban saliendo las palabras de cómo realizó este terrible crimen. Según su confesión, la habría asesinado debido a sus celos enfermizos.

En estos audios, Geydy Liszbeth Peña Lázaro le contaba a su hermano, que vive en España, la pesadilla que venía sufriendo junto a su ex pareja. Un calvario que terminó con su muerte. Fue el departamento de investigación criminal de Chilca el que capturaron a Abel Chilipio Damián, cuando este hombre se había acercado junto al padre de la víctima para identificar a la que era su exesposa. Su nerviosismo y contradicciones terminaron por delatarlo.

Con la mirada fija y con una ligera sonrisa, Abel Chilipio Damián recorrió sus pasos, caminó hacia la que era su casa, a esas cuartas paredes, donde asesinó a su ex pareja. En su desfilar sin culpa, ni remordimiento, a pesar de que se escuchan los gritos de impotencia y el clamor de justicia de las personas.

En ese mismo mar, donde tanto amaba pasear, ahí, fueron hallados sus restos mutilados. En ese lugar donde encontraba paz, las olas devolvieron su cuerpo como queriendo revelar su misteriosa muerte. Entre lágrimas y con el corazón partido en dos, su padre no puede evitar recordar a su querida hija, al ver su foto y saber que no podrá abrazarla nunca más.

Fotografías de ella, se lucían en cada rincón del recinto donde era velada, rodeada la gente que tanto quería. Fue despedida al ritmo de banda, paseando su féretro por los lugares que ella solía pasear. Nada calmará el dolor que sienten los seres queridos de Lizbeth ante su macabro crimen. El feminicidio de una mujer que ocultaba su pesar detrás de su tímida sonrisa y dulce mirada.

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