Familia de ciclista atropellada exige la recaptura del responsable

Deudos de Cecilia Melgar cuestionaron que el sistema de justicia haya dejado en libertad al conductor del camión que embistió a la joven profesional.

Foto y video: América Noticias

Sueños y metas que se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos. Una vida que se le fue arrebatada a una joven en un confuso accidente que terminó con un trágico final. No hay palabras para muchas de las personas quienes estimaban y conocían a la víctima.

Una mujer que, según testigos, murió a consecuencia del grave irrespeto a los ciclistas en la capital. Amigos y familiares lloran la partida de Cecilia, quien en vida se desarrolló como líder de diversas organizaciones.

Ahora, deja un vació enorme en sus seres queridos, quienes buscan una explicación certera de lo que sucedió aquel día de su muerte. Una historia que aún no tiene un camino claro, pero que, sin duda, pone en el ojo de la tormenta los reglamentos que supuestamente protejan a las personas que transitan con bicicletas

Cecilia Doris Melgar Bravo tenía solo 26 años, era amante del medio ambiente, la naturaleza, la fauna y el arte en general. Estudió gestión y alta dirección en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Siempre fue una persona muy dedicada en lo que hacía, una profesional en cada trabajo que se le encomendaba.

Hace solo unos meses se había titulado y asistió a una de las primeras ceremonias presenciales después de la pandemia. En ocasiones era reservada con su familia. Sin embargo, nunca dejó de mostrarles todo el cariño que tenía hacia ellos. Desde muy pequeña estuvo envuelta en la protección de la vida animal y la naturaleza.

Uno de sus pasatiempos favoritos era el ciclismo. Desde que comenzó la universidad se le pegó este vicio que la llevó también a ser líder de grupos de ciclistas que buscaban mejorar la calidad de las pistas para el respeto de las personas que manejaban bicicletas.

Una vida llena de sueños relacionados al ciclismo que, de un momento a otro, tuvo un inesperado final. La mañana del martes 21 de marzo se convertiría en una de los peores días para Cecilia. Ella transitaba por la avenida 6 de octubre en Jesús María, y de un momento otro, según testigos, un camión que estaba a la misma altura de la joven al tratar de hacer una maniobra para adelantarla ocasionó un impacto con la ciclista que luego del accidente trato de levantarse pero que luego de unos segundos se desmayó, y nunca más pudo ponerse de pie.

Las cámaras de seguridad de la municipalidad no captaron el preciso instante del accidente, sin embargo, otro video obtenido por Domingo Al Día, muestran los instantes previos al choque cuando exactamente pasa el volquete y detrás está Cecilia, quien se encontraba con su ropa reglamentaria para manejar bicicleta y pegada a la mano derecha como bien lo indica el reglamento de tránsito para estos vehículos de dos ruedas.

Segundos después se produce el accidente que acabaría con la vida de Cecilia Melgar. Según las autoridades, el conductor del volquete en ese momento, era un ciudadano extranjero, identificado como Marcos Perdomo Pérez, quien por increíble que suene, en estos momentos se encuentra libre aun cuando las investigaciones no han culminado del todo.

Una acción que indigna a los familiares de Cecilia, es por ello que piden que cada persona que pudo estar ese día, así como las dos ciclistas que estaban al lado de la víctima puedan dar su manifestación para poder esclarecer todo este caso.

La muerte de Cecilia sin lugar a duda ha causado indignación y una serie de reacciones, las cuales van desde sus amigos hasta las decenas de asociaciones de ciclistas quienes piden un cambio para que casos como estos no vuelvan a ocurrir.

La mayoría de ellos han comenzado a recolectar firmas y esperan llegar a las 20 mil para que así puedan comenzar con un cambio en los reglamentos con la finalidad de salvaguardar la vida de todos los ciclistas.

Cecilia Melgar no ha desaparecido, su muerte tiene que ser un precedente para que se haga un cambio real, tal y como siempre lo quiso ella. Su familia lo ha perdido todo, pero lo que si es cierto es que nunca perderán las esperanzas de que se haga justicia.

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