Hoy:

    Dos peruanos que viven la Navidad con nacimientos únicos

    Miriam y Don Cucho no se conocen, pero comparten lo mismo: una profunda fe que transformaron en arte navideño

    Sus nacimientos están divididos en ocho ambientes / Video: América Noticias

    Dicen que la fe mueve montañas. Y en Navidad, esa fe también construye nacimientos. Miriam Valencia y Don Cucho Ysla son dos peruanos que, desde sus casas, viven la Navidad como pocos: rodeados de cientos de figuras, recuerdos, tecnología y mucha devoción.

    Miriam y sus 350 nacimientos en papel

    Entrar a la casa de Miriam Valencia, en Miraflores, es como ingresar a un museo navideño. Más de 350 nacimientos decoran su primer piso, con más de dos mil piezas colocadas a mano. Todo empezó hace 34 años, influenciada por su padre y por una tradición que la marcó: regalarle un Papá Noel al Niño Jesús. Hoy, su colección es una muestra viva de amor y de memoria.

    Un viaje por el Perú y por el tiempo

    Sus nacimientos están divididos en ocho ambientes con temas que van desde culturas preincas, regiones del Perú, hasta representaciones modernas como el COVID-19. Algunas piezas tienen más de 100 años. Otras las trajo de sus viajes. Todas, sin excepción, reflejan el talento de los artesanos peruanos.

    Don Cucho y su nacimiento electrónico

    En San Martín de Porres, Don Cucho Ysla, un hombre de 95 años, prepara desde hace más de medio siglo un nacimiento diferente: electrónico, interactivo y gigantesco. Desde su cochera, arma con sus propias manos un nacimiento con más de 1.500 piezas conectadas a un sistema que maneja su hijo.

    Escenas bíblicas y cultura peruana en movimiento

    Este nacimiento recrea pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento: el Arca de Noé, Moisés con los diez mandamientos, la Última Cena o el nacimiento de Jesús. También incluye escenas peruanas como la procesión del Señor de los Milagros. Todo animado, todo con vida.

    Dos historias que conmueven

    Ambos nacimientos, aunque distintos, comparten lo mismo: un mensaje de unidad, arte y fe. Miriam lo hace desde su pasión por el detalle. Don Cucho, desde su amor por su familia y por mantener viva la memoria de su esposa. Y los dos, con el mismo objetivo: que nadie pierda el espíritu navideño.

    Miriam y Don Cucho nos recuerdan que la Navidad no está solo en los regalos, sino en los gestos que vienen del corazón. Su arte, su historia y su fe son un regalo para todos.

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