Detectan que sicarios venden armas por WhatsApp

Según la Policía, los armamentos provienen de asaltos a vigilantes, efectivos o de elaboración artesanal. Además, se conoció que los delincuentes ofertan hasta escopetas y ametralladoras

Foto y video: América Noticias

Nuevos presuntos sicarios que cayeron en manos de la región policial Callao, no solo se serían autores de los crímenes por encargo más sonados, también comercializarían las máquinas asesinas con las que cometen los homicidios.

En el Callao, la sangre, no solo de las víctimas, también de los mismos sicarios, se viene derramando con armas de fuego que se pasan de mano en mano y se ofrecen a la venta, como si fueran electrodomésticos.

Esta conversación de WhatsApp tuvo lugar el 27 de mayo de este año y fue obtenida del celular de este sujeto identificado como Anderson Reichert Pereda Flores de 31 años alias Andy quien fue detenido junto a Sandro Oscar Torrejón Cuba de 22 años, alias Sandrito.

Cada uno de estos hampones del Callao tiene su propia historia de criminalidad. Alias Andy, por ejemplo, le ofrece por 4000 mil soles, una mini UZI y por 4500 soles una escopeta retrocarga a un cliente que tiene guardado en su celular como “Dani Ciudad”.

“Debemos entender que ellos se agencian de muchas armas de fuego que son obtenidas como consecuencia de sustracción a vigilantes o, a veces, de policías, o que hayan sido ingresadas al país ilegalmente”, detalló el coronel David Carranza, jefe de la Divincri Callao.

Estas armas fueron desarmadas y modificadas en los laboratorios clandestinos del hampa. Alias Andi, asegura que la mini UZI es hechiza, o sea que ha sido modificada. De su procedencia se sabe muy poco, pero la Policía del callao viene investigando a quien le fueron vendidas.

La historia de alias Sandrito empezó a escribirse cuando era un menor de edad y fue captado por una de las organizaciones criminales más sanguinarias del primer puerto. Para la policía del callao, alias Sandrito, sería el asesino de Eunice Dévora Albitres Candela conocida en la zona sur del Callao como La Tía Poco Floro.

La víctima era una prontuariada delincuente del Callao cuya vida siempre estuvo ligada al hampa. Ella vivía en una casa del jirón Vigil en el Callao en donde fue acribillada luego de salir a comprar el pan, la mañana del 5 de mayo.

Al parecer, el presunto sicario alias Sandrito, habría tenido distintos enfrentamientos con Eunice Albitres, quien tan solo cuatro meses antes perdió a su hijo Isaac Vargas Albitres, también asesinado en diciembre del año pasado, en la esquina de su casa. La policía no descarta que alias Sandrito también haya participado en este crimen.

Sandrito en el dorso de la mano izquierda tiene un diabólico tatuaje. Como si la Santa Muerte sería la que opera a través de estas manos manchadas de sangre derramada en una guerra interminable entre bandas de sicarios en el Callao.

Y en sus redes sociales, gran parte de sus contactos, son sicarios juveniles que aún operan en el primer puerto o que ya cayeron víctimas de algún fuego cruzado.

Alias Andi y Sandrito, quedaron detenidos mientras duran las investigaciones, además, la Policía del Callao no descarta su participación en otros hechos de sangre.

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