COVID-19: ¿Y la vacuna para cuándo?

Cuarto Poder accedió a información documentada que revela plazos que no parecen de una situación de emergencia como la que vivimos

Foto: Cuarto Poder

El plazo que impuso el gobierno de Francisco Sagasti para traer el primer millón de vacunas Sinopharm contra la COVID-19 está a punto de cumplirse. A enero ya solo le quedan 7 días y una pregunta de rigor cae de madura: ¿llega o no la vacuna china antes de que acabe el mes?

Cuarto Poder accedió a información documentada que revela plazos que no parecen de una situación de emergencia como la que vivimos y explica en parte por qué estamos a la zaga de otros países.

Pasaron casi 20 días desde que el presidente Sagasti anunció el contrato del millón de vacunas Sinopharm y hasta hoy la entidad debe autorizar su ingreso al país.

La Digemid no emite el obligatorio permiso o registro condicional. 

Sus funcionarios están aún a la espera de que Sinopharm termine de entregarle documentos claves sobre certificaciones y funcionamiento de su laboratorio en Beijing, China. Los documentos llegarán por lo menos el 27 de enero.

Vistos los hechos ocurridos desde el anuncio presidencial, asoma un tufo de burocracia de rigor. Si no llegan las vacunas en lo que queda de enero será un prodigio de la administración y la logística estatal o representará el incumplimiento de la promesa de un gobierno.

El contrato de adquisición de las vacunas chinas se firmó el 6 de enero, pero recién el 13 de enero el Cenares emitió pedido de compra de las vacunas anunciadas. Siete días después del anuncio presidencial.

El 14 de enero el gobierno transfirió el monto contratado a la cuenta bancaria de Sinopharm. Cuarto Poder conoce que la cantidad transferida a la empresa china pero no la revelará por tema de confidencialidad y de compromiso con sus fuentes.

El 14 de enero Cenares le pidió por primera vez a la Digemid que evalúe la información presentada por la empresa china, esta es la que otorga el registro sanitario condicional, requisito obligatorio para cualquier vacuna de emergencia en Perú.

El 15 de enero, la ministra de Relaciones Exteriores, Elizabeth Astete hizo el anuncio de que el millón de vacunas chinas estaba listo.

El 18 de enero, Cenares le volvió a pedir a Digemid que evalúe los instrumentos que había presentado días atrás Sinopharm. Parte de esa documentación eran protocolos sobre las llamas buenas prácticas de manufactura que todo laboratorio que exporta estos productos debe cumplir.

El 20 de enero, la Digemid le alcanzó al Cenares observaciones y nuevas consultas sobre el laboratorio de Sinopharm en Beijing y sobre sus prácticas de manufactura.

El mismo 20 de enero, funcionarios de Cenares y digemid sostuvieron reuniones con asesores del Minsa, con el embajador peruano el China y con ejecutivos de Sinopharm. Ante los nuevos requerimientos de Digemid, la empresa china aseguró que entregaría información en un plazo mínimo de 7 días. En teoría el próximo miércoles 27 de enero.

En tanto Digemid no tenga la documentación y no la evalúe no emitirá el permiso o registro sanitario condicional que necesita una vacuna de emergencia como Sinopharm.

Si Digemid recibiera información el 27 de enero, tiene 4 días para evaluarla y emitir la autorización condicional para que ingrese el producto. Cuatro días en los que la palabra del presidente se pondrá en juego.

Digemid también aguarda que Sinopharm concluya los estudios definitivos sobre la eficacia de sus vacunas aplicadas en ensayos de fase 3. En China, la eficacia alcanzada fue de 79 %.

Por otro lado, al ver que el progreso del gobierno en su búsqueda de vacunas tiene ritmo lento de vals, los privados buscan cubrir el espacio que está dejando el Estado.

Las 8 millones de vacunas Sinopharm y Sputnik ofrecidas mediante estos mecanismos no ha sido ofertada a privados nacionales sino al Estado.

Son 8 millones vs. el único millón que por ahora puede exhibir el gobierno de Sagasti. Alguna decisión va a tener que tomar: o estudiar dichas propuestas privadas o rechazarlas, pero tiene que hacerlo pronto. El avance del virus y la burocracia juegan en contra del gobierno.

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