Alcoholismo: historias reales de lucha y esperanza en el Perú
El consumo de alcohol creció en pandemia, especialmente entre jóvenes y mujeres. Solange y Rodrigo comparten cómo fue tocar fondo y volver a empezar. Hoy forman parte de Alcohólicos Anónimos, donde ayudan a otros a recuperarse
El alcoholismo no discrimina. Es una enfermedad silenciosa que cambia la vida de quienes la padecen. Durante la pandemia, el consumo de alcohol en Perú aumentó en un 20 %, afectando sobre todo a jóvenes y mujeres, según la Comunidad de Alcohólicos Anónimos.
Solange empezó a beber a temprana edad, primero con amigas, luego en familia. Lo que comenzó como algo “normal”, se convirtió en una rutina destructiva. Bebía casi a diario, hasta perder el conocimiento. Tocó fondo y estuvo a punto de perderlo todo: trabajo, familia y su propia vida.
Hoy, con más de un año y medio de abstinencia, forma parte de Alcohólicos Anónimos. Reconoce que lo más difícil fue aceptar que tenía un problema. “Creía que el alcohol resolvía mis problemas, pero me estaba destruyendo”, cuenta.
Rodrigo: de los 17 al día en que decidió cambiar
Rodrigo recuerda que comenzó a beber a los 17 años. A sus 44, lleva 15 años sobrio. También llegó a un punto límite, pero su familia nunca lo dejó solo. Lo empujaron a buscar ayuda. “El alcoholismo no se cura, pero se puede tratar. Y uno necesita apoyo real”, afirma.
Para él, escuchar a otros y compartir lo vivido ha sido parte esencial de su proceso. En cada reunión encuentra motivación para seguir firme y ayudar a quienes están comenzando.
La comunidad que escucha y acompaña
Con 70 años de presencia en Perú, Alcohólicos Anónimos tiene más de 3 mil miembros en todo el país. En su 90 aniversario mundial, la comunidad reafirma su compromiso de brindar apoyo, escucha y acompañamiento a quienes luchan cada día contra esta adicción.
Compartir experiencias, contar historias como las de Solange y Rodrigo, puede marcar la diferencia en quienes aún no encuentran la salida. Porque el primer paso es no sentirse solo.
El alcoholismo puede tocar a cualquiera. Si tú o alguien que conoces lo enfrenta, existen espacios donde pueden ser escuchados. La ayuda está a una llamada de distancia.













