Brasil vs. Perú: así vimos al equipo de Gareca en la derrota en Bahía

Por Gianfranco Gonzales F. (@giangf)

Desde Salvador de Bahía

No hubo salvadores en Bahía. Al contrario, la selección peruana dejó una de las peores imágenes en la era Gareca al mantener esos errores defensivos que cuestan y no revelarse ante la adversidad. Perú se fue con un 3-0 en contra de la 'Arena das goleadas' como le llaman al Fonte Nova y así se hunde en el fondo de la tabla de las Eliminatorias.

Así los vimos:

Diego Penny: Gareca volvió a respaldar al meta celeste en el arco. Esta vez no dudó tanto como ante Paraguay y tuvo una que otra atajada rescatable. Aún así, tampoco es de los que transmite confianza total a la defensa. En los dos primeros goles no tuvo responsabilidad, y en el tercero el rebote que dejó cayó en los pies de Filipe Luis. 

Luis Advíncula: Por su velocidad es de lo que sufre menos en la defensa de su banda, sin embargo fue poco productivo con la pelota en los pies y en los cierres. Terminó amonestado y frustrado ante la superioridad del rival y los constantes errores defensivos.  En el primer gol no llega a cubrir a Costa.

Carlos Zambrano: De la línea del fondo fue el más cumplidor. Pese  a que Neymar se recostaba por ese sector, supo cortar los avances del '10' brasileño, así sea con faltas. Eso sí, junto a Ascues no pudieron detener la velocidad de Douglas Costa, el diferente del partido.

Carlos Ascues: Nunca llegó a los cierres cuando Yotún quedaba mal parado. Es en estos partidos cuando se aprecia la falta de ritmo en el Wolfsburgo y la selección lo termina pagando. Le costó la velocidad de Willian o Costa por ese lado y no llegaba bien a las coberturas.

Yoshimar Yotún: El valor más bajo de la defensa peruana. Los tres goles brasileños llegaron por ese sector. No es novedad que sufre en la marca y tanto Willian como Costa lo dejaron mal parado. Lo pasaron muchas veces por su sector y nunca fue oposición.

Renato Tapia: Demostró que con 20 años puede ser titular en la selección peruana, pero no tuvo apoyo en el mediocampo y terminó cansándose ante el vértigo que impone Brasil. Lobatón no cumple una función completa de marca para un encuentro de visita.

Carlos Lobatón: El ritmo del capitán peruano no estuvo a la altura de este encuentro. No le dio el físico para crear y a la vez apoyar en la marca a un solitario recuperador como Renato Tapia. Cuando 'Loba' está impreciso es poco lo que puede hacer Perú para tener transiciones rápidas.

Jefferson Farfán: Buscó ir para adelante, intentó asociarse y generar jugadas pero muy solo. Eso lo llevó a la imprecisión. Y así no alcanza. Esta vez no hubo baile para la 'Foquita' y sí la desazón de sentirse impotente por la falta de apoyo de muchos de sus compañeros.

Paolo Hurtado: La novedad de Gareca en el once. Sorprendió a todos su inclusión y el 'Caballito' sigue sin gustar. Empezó con ganas y se fue desinflando en la medida que vio la jerarquía del rival. Inseguro al momento de manejar la pelota por su banda derecha. Terminó sustituido por Reyna.

Christian Cueva: Se fue apagando en su juego en medida que Perú comenzó a tener menos la pelota. Apareció por momentos para juntarse con Farfán, y tuvo una clara de gol en la segunda etapa. Si no está en su mejor noche, es difícil generar juego ofensivo.

Paolo Guerrero: Volvió a ser ese '9' peleado consigo mismo, que le reclama a los árbitros y que si no le sale una jugada se sale del partido. Se falló un gol solo al comienzo del encuentro y ello terminó pagando la selección peruana. Así no lo queremos ver a Paolo. Mención aparte hay que destacar que aquí era pifiado cada vez que tocaba el balón. Eso también juega.

LAS VARIANTES:

En cuanto a los cambios, Gareca intentó darle oxígeno al mediocampo con el ingreso de Ballón por Tapia y recuperar un poco más la pelota. Poco sirvió si por los lados, especialmente el izquierdo, el equipo sigue débil. Yordy sumó poco volumen ofensivo por derecha y con el marcador en contra es más difícil. La otra variante fue la de Christofer Gonzales por Lobatón para tener un poco más la pelota, pero la alegría y el triunfo brasileño ya estaban consumados.