Pareja sufrió el robo de su furgoneta y delincuentes los llamaron para pedirles dinero para su devolución

Una pareja de emprendedores compró una furgoneta para ampliar su negocio de reparto, pero terminaron siendo víctimas del robo de su vehículo

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Un pequeño auto fue con lo que los esposos Cris y Joan comenzaron su negocio de venta de productos marinos durante la pandemia.

Con esfuerzo y muchas ganas, la pareja visitaba de madrugada los terminales pesqueros más importantes de Lima. Poco a poco, se ganaron la confianza de los exigentes clientes inmersos en el rubro, y el auto les quedó cada vez más pequeño.

Fue así que, haciendo sacrificios y asumiendo deudas, Cris y Joan adquirieron una furgoneta que ampliaría su ya exitoso emprendimiento.

Este importante hito en su pequeña empresa familiar se cristalizó el pasado 14 de febrero, una perfecta forma de celebrar tan romántica fecha.

Pero lo que parecía una historia feliz -que decidieron encomendar incluso a su fe- se volvió la peor pesadilla de esta pareja de negociantes.

Apenas dos semanas después de que compraran su camión de carga, su nueva herramienta de trabajo cayó en manos de la delincuencia.

Dos días después de perder su camión, Joan volvió al terminal pesquero de Pucusana pues ya tenía planificado recoger productos marinos recién llegados de altamar.

Aquella jornada fue de pérdida para los esposos Joan y Cris, pues debieron vender su carga en un precio menor al que tenían pensado. Consecuencias de no poder trasladar su mercadería a una plaza donde los compradores puedan pagar más.

Dos cadenas productivas se vieron afectadas por el crecimiento de otra cadena, improductiva y nociva, pero muy rentable e impune. La delincuencia afecta de mil formas y no se sabe si hay la lucidez suficiente para que la lucha contra ella acabe en buen puerto.

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