Las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) se enfrentan a un preocupante desafío en el penal de Cajamarca, donde un operativo reciente ha destapado una situación alarmante.
Durante la inspección realizada por el Grupo de Operaciones Especiales del INPE, se descubrieron treinta celulares ocultos ingeniosamente en las paredes de las celdas, junto con diversos accesorios.
La astucia de los internos se evidencia en el método empleado para esconder los dispositivos: con un alambre, los celulares eran retirados a través de pequeñas rendijas, dificultando su detección y extracción.
Además de los teléfonos móviles, se halló una cantidad significativa de drogas - ochocientos 'bodoques' de cocaína y marihuana - estratégicamente distribuida y embalada, lista para ser distribuida entre los reclusos.
Capturan a sospechosos
La operación resultó en la detención de entre cuatro y cinco individuos encontrados en posesión de estos artículos ilegales.
Esta situación ha levantado sospechas sobre posibles fallas en el sistema y complicidad interna, lo que ha motivado a las autoridades a solicitar una investigación exhaustiva para determinar cómo se logra burlar la seguridad penitenciaria.
Este hallazgo no solo pone en relieve la ingeniosidad de los internos para infringir las normas, sino que también sugiere la posibilidad de que los celulares incautados se usaran para orquestar actividades delictivas como extorsiones.
Los pabellones tres y cuatro fueron el foco de esta requisa, y no se descarta que más hallazgos de este tipo puedan surgir en futuras inspecciones.
