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Jugando con un arma en el colegio

¿Cuando nuestros niños cambiaron las canicas por armas letales?

Tiene apenas 16 años y el error que cometió podría costarle muy caro, llevar un arma escondida entre sus cuadernos, manipularla en plena hora de clase y dejar mal herido a uno de sus compañeros, ahora tendrá que contar su verdad frente a los agentes de la División de Criminalística del Callao.

Mientras el menor que resultó herido  ya fue dado de alta, su compañero de aula permanece en una sede policial. Los padres de familia y las autoridades del plantel  viven una lucha aparte, ¿quien se hace responsable que un adolescente se convierta en un joven delincuente? y de esto surge una aterradora pregunta: ¿Cuando nuestros niños cambiaron las canicas por armas letales?.

En el aula del 4to “C” del colegio Augusto Cazorla del Callao, según la versión de los escolares,  ambos compañeros  se sentaban en la parte posterior pero ninguno entablaba comunicación. Se presume que el victimario llegó a la escuela con el arma dentro en su mochila, pero según su versión la habría tenido  camuflada en su cintura. Aparentemente producto de la mala manipulación del arma se habría producido el disparo,  la bala rozó la planta del pie izquierdo de su compañero, nadie sabía si se trataba de un accidente o un riña entre ambos, la victima provenía de la zona de Centenario y el adolescente que disparo vive en el conocido barrio de Castilla. Según el testimonio del adolescente que portaba el arma, la utilizaba para defenderse de los delincuentes.

Del adolescente quien portaba el arma no se tiene registro de antecedentes policiales pero se presume que habría sido captado por una banda delincuencial, para los agentes quedó descartado un presunto intento de atacar a alguno de sus compañeros de clase, el hecho se asemeja a una figura de lucirse delante de ellos. El adolescente dijo que caminaba con el arma desde hace un mes y revelo su procedencia. El delincuente que entregó el arma, estaría identificado y cuenta con antecedentes; según  el Coronel Julio Otoya jefe de la DIVINCRI Callao la delincuencia trata de captar a muchachos entregándoles armas como si fueran dulces.

Tras ser atendido en el hospital Carrión del Callao, el menor victima de este incidente, retornó a su barrio de Centenario. Su familia evita las cámaras y recalca que se trato de un accidente, por ahora sólo repiten lo que él les contó: solo sintió el roce de la bala en la planta de su pie sin poner atención en lo que hacían sus demás compañeros. El adolescente de 16 años podría ser citado como parte de las investigaciones, su familia adelanto que no interpondrá denuncia contra su compañero, por lo pronto en 5 días tendrá que sacarse placas para descartar otros daños y dos días después se le retiraran los puntos que lleva en el pie
Los padres de familia del colegio  Augusto Cazorla dicen estar aterrados que sus hijos hayan compartido las instalaciones del plantel con un adolescente provisto de un arma, muchos de ellos incluso se instruyeron en sus aulas, hoy temen que su ex casa se estudios se convierta en un nido de delincuentes.

Hace unos días en Piura y Pisco ocurrieron casos similares, en el colegio iqueño un menor resulto herido, en otro de Talara un escolar ya no vive para contarlo.

Todos coinciden con una misma reflexión, el hecho ocurrió en un plantel donde sólo se va a estudiar pero cada estudiante tienen una casa y una familia, no dejemos que el hampa los arrebate de nuestras manos

 

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