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La histórica ruptura entre Roberto Gómez Bolaños (“Chespirito”) y Carlos Villagrán (“Quico/Kiko”) marcó un antes y un después en la televisión latinoamericana.
En los años setenta, la popularidad creciente de Quico generó celos y tensión profesional, lo que derivó en una separación abrupta del elenco de El Chavo del 8.
Aunque hubo un breve reencuentro público en 2000, los resentimientos continuaron, especialmente en torno a la propiedad del personaje.
Recientemente, con el estreno de la bioserie Chespirito: Sin querer queriendo (5 de junio de 2025, Max), Carlos Villagrán aseguró que en la serie “se van a decir muchas mentiras” y pidió que el público identifique las falsedades por sí mismo.
Mientras tanto, contenidos dramáticos como la escena en la que Villagrán intenta convencer a Ramón Valdés de abandonar el programa ilustran las tensiones internas vividas en los años setenta.
En la gira por Sudamérica en 1977, Quico acaparaba hasta el 70 % de las preguntas en conferencias, lo que despertó el “egoísmo” y “celo profesional” de Chespirito.
Villagrán solicitó su propio show y reclamó los derechos del personaje, pero Chespirito insistió: “El personaje no es tuyo”. Esta disputa legal concluyó con una demanda favorecida al creador, aunque Villagrán mantuvo su versión artística del personaje como “Kiko” fuera de México.
Luego de la salida de Quico, Ramón Valdés también abandonó el programa en solidaridad. Chespirito recordó que, “si te vas, todos salimos perdiendo… no le puedo hacer eso al Chespi”.
La separación produjo una merma en audiencia y la producción terminó en 1980. Ese distanciamiento reflejó una fractura profunda, que dañó el núcleo creativo del show.
En abril de 2000, durante un homenaje en Televisa, hubo un encuentro emotivo entre ambos.Chespirito declaró que “no guardo rencores”, aunque también mencionó que Villagrán admitió una disculpa “a escondidas”.
Sin embargo, con la llegada de Chespirito: Sin querer queriendo, Villagrán se anticipó: “Sé que se van a decir muchas mentiras… pero respeto a Roberto Gómez Bolaños”.
En tanto, Bolaños condenó el incumplimiento de acuerdos legales: “Él tiene permiso…, pero se portó un poco mal conmigo, las cosas duelen porque fue una traición”.
La discordia entre Chespirito y Villagrán surgió de la popularidad de Quico, celos creativos y pleitos legales sobre propiedad intelectual.
Aunque hubo encuentros posteriores, los desacuerdos permanecen. La nueva serie reaviva el conflicto, y según Villagrán, contiene versiones que merecen ser cuestionadas.