El Tesla de Musk en la Casa Blanca se volvió un problema
El presidente Donald Trump evalúa deshacerse del auto eléctrico que compró en apoyo a Elon Musk. La decisión marcaría el final de una alianza que se quebró con acusaciones, amenazas y una caída bursátil histórica.
El Tesla que alguna vez simbolizó el respaldo político y económico entre Donald Trump y Elon Musk se ha convertido hoy en una pieza incómoda en los jardines de la Casa Blanca. Según un funcionario, el presidente estadounidense está considerando retirar el vehículo que compró hace unos meses como gesto de apoyo al empresario. La razón: la ruptura definitiva entre ambos.
Lo que comenzó como una relación de colaboración en políticas de eficiencia y recorte de gastos se convirtió en una batalla abierta que ahora tiene consecuencias no solo políticas, sino también económicas.
¿Qué detonó el conflicto entre Trump y Musk?
Todo escaló cuando Elon Musk calificó como una “abominación” el proyecto de ley de presupuesto de Trump. El presidente, que esperaba respaldo, reaccionó con molestia y acusó a Musk de “deslealtad”, señalando que sin su ayuda nunca habría ganado las elecciones.
La tensión creció aún más cuando el CEO de Tesla acusó a Trump de estar vinculado a los archivos del caso Epstein. En respuesta, el mandatario amenazó con cancelar todos los contratos estatales de sus empresas.
¿Cómo afectó esto a Tesla?
El impacto en los mercados fue inmediato. Las acciones de Tesla cayeron más del 14 %, perdiendo 100.000 millones de dólares en capitalización bursátil. Aunque se produjo un leve rebote el viernes, la incertidumbre persiste.
El auto eléctrico que Trump compró para exhibir su compromiso con la innovación estadounidense y la sostenibilidad ahora simboliza el colapso de una relación política clave.
¿Qué decisión tomará Trump con el Tesla?
Aunque aún no hay una decisión oficial, la Casa Blanca no descarta mover o retirar el vehículo. El Tesla continúa estacionado en el complejo presidencial, pero se ha convertido en un recordatorio de una alianza rota y de un conflicto que ya dejó marcas profundas en la política y la economía estadounidense.











