Juliana Marins: Desgarradora despedida de su padre tras tragedia
La joven brasileña de 26 años cayó dentro del segundo volcán más alto de Indonesia

La muerte de la joven brasileña Juliana Marins, de 26 años, que cayó dentro del segundo volcán más alto de Indonesia el pasado 21 de junio, no deja de generar conmoción y es que, la familia denunció que los equipos de rescate no actuaron rápidamente para salvar a la turista.
A ello, se suma la desgarradora carta que le dedicó Manoel Marins, padre de Juliana. Mediante sus redes sociales, el progenitor de la joven manifestó su dolor por la irreparable pérdida.
Carta de despedida del padre de Juliana Marins tras tragedia en Indonesia
A través de su cuenta de Instagram, Manoel compartió una carta en la que manifiesta su pesar por la muerte de su hija, pero también asegura sentirse orgulloso por los sueños cumplidos de Juliana.
“Al inicio de este año nos dijiste que harías este viaje de mochilera ahora mientras eras joven y nosotros te apoyamos. Cuando te pregunté si querías que te diéramos algo de dinero para ayudar en el viaje, nos dijiste: ‘jamás’. Y así viajaste con tus propios recursos que ganaste como fruto de tu trabajo”, posteó.
“Y qué feliz fuiste al realizar este sueño. Y qué felices éramos nosotros con tu felicidad. Te fuiste haciendo lo que más te gustaba y eso nos reconforta un poco el corazón”, añade.

De acuerdo con su padre, Juliana financió su viaje a Asia gracias a su trabajo como publicista. Además, reveló los planes familiares que tenía con la joven como volar parapente para celebrar el cumpleaños de la misma.
“Tu presencia permanece en nuestro hogar, en tu dormitorio, en tu rincón favorito del sofá del salón. Permaneces como una presencia duradera en la vida de quienes tuvieron el privilegio de conocerte y convivir contigo. Y especialmente en mi corazón, en el de tu madre y en el de tu hermana”, escribió Manoel.
En ese sentido, describió a Juliana como “traviesa, inquieta, de sonrisa hermosa y unas inmensas ganas de vivir intensamente”.
“Vuela, Jujú, vuela, vuela a los brazos del Padre Eterno que te espera para guardarte para siempre en sus brazos de amor infinito. Y nosotros nos quedaremos aquí, con la certeza de que un día nos volveremos a encontrar (...) En el cielo, el buen Dios nos lo dará. De parte de los que siempre te quisieron: papi, mami y Mari”, finalizó.
¿Qué pasó con la turista brasileña Juliana Marins en Indonesia?
Todo comenzó en la madrugada del 21 de junio cuando Juliana caminaba con otro grupo de escaladores hacia la cumbre del Monte Rinjani, el segundo volcán más alto de dicho país, con 3.726 metros de altitud.
Mientras subía por la ruta de Pelawangan Sembalun, Juliana se cayó por una ladera empinada en la zona conocida como Cemara Nunggal, entre los 2 600 y 3 mil metros de alto.
Hasta el momento, no se han dado detalles de las circunstancias exactas de la caída.
Un equipo especializado buscó a Juliana, peor por las condiciones climáticas, se retrasó el acceso. Los rescatistas usaron drones y dos helicópteros. El medio TV Brasil EBC difundió imágenes de la turista todavía consciente.

Sin embargo, tras cuatro días de operaciones, Marins fue encontrada sin vida. Según los especialistas, la joven se encontraba a unos 650 metros más debajo de donde comenzó el descenso.
Don Manoel Marins viajó a Indonesia para ayudar con el rescate de su hija, pero al llegar a dicho país, recibió la mala noticia: Juliana había fallecido.
Rescate del cuerpo de Juliana Marins de volcán en Indonesia
Este miércoles 25 de julio y luego de más de siete horas, la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate de Indonesia (Basarnas), logró recuperar el cuerpo de Marins.

“Tras la entrega oficial del cuerpo por Basarnas al hospital, el proceso de repatriación o procedimientos posteriores quedarán a cargo de las autoridades y la familia”, declaró el Mariscal del Aire TNI Muhammad Syafi’i, jefe de Basarnas.
El cuerpo de Juliana fue llevado hasta el puesto de Sembalun y luego transportado en aeronave al hospital Bayangkara, donde se inició el proceso para su repatriación a Brasil.














