¿Qué puedes comer y qué debes evitar durante un vuelo largo?

Una ingeniera de alimentos explica qué alimentos pueden inflamarte durante un vuelo de varias horas y cuáles son ideales para mantenerte ligero, hidratado y sin molestias mientras viajas.
Durante un vuelo largo, la presión de la cabina hace que la digestión sea hasta 30% más lenta y favorece la acumulación de gases, lo que incrementa la sensación de hinchazón. Por eso, Karen Morin advierte que ciertos alimentos pueden resultar mucho más pesados de lo habitual.
Lo que debes evitar comer antes y durante el vuelo
Entre los principales a evitar están las barras de proteína o snacks “fitness”, que suelen contener alcoholes de azúcar que se fermentan más en altura, así como frutas muy fibrosas como la manzana, que pueden provocar inflamación y un molesto dolor bajo las costillas.
La especialista también recomienda evitar café y jugos: el primero deshidrata y los segundos elevan el azúcar rápidamente, lo que puede causar mareos, cansancio extremo e irritación durante un vuelo largo. A esto se suman panes, bollería, gaseosas y alcohol, que dificultan la digestión o incrementan la deshidratación, generando más sensación de hinchazón, sed y dolor de cabeza en plena travesía.
Alimentos ligeros que sí ayudan en altura y durante un vuelo
Para mantenerte cómodo y con energía estable, Morin recomienda alimentos de fácil digestión y baja fermentación:
- El plátano en su punto medio es ideal gracias a su potasio, que ayuda a evitar mareos, calambres y fatiga.
- La pera madura, la sandía.
- Verduras con alto contenido de agua como el pepino son opciones hidratantes y suaves para el estómago.
- También sugiere avena cocida y diluida, arroz y fibra soluble como los betaglucanos, que energizan sin causar inflamación.
Proteínas, hidratación y extras que suman
Entre las mejores proteínas para consumir en altura están el pollo y el pavo, que se digieren mejor que las carnes rojas. Un té de jengibre puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar mareos, mientras que el yogur griego natural, combinado con frutas suaves como pera, melón o plátano, aporta equilibrio sin generar gases (siempre sin granolas crujientes). La clave final está en la hidratación: el agua con electrolitos compensa la rápida deshidratación que ocurre en cabina y ayuda a que llegues a tu destino sin molestias.