Calor en taza: los “calentitos” que abrigan a Lima en este frío
Con temperaturas que rozan los 9 °C, limeños buscan abrigo en los “calentitos” de siempre. Emolientes, maca, café y quinua se sirven desde muy temprano en puestos como los de Doña Feli, Mario o Doña Maribel, íconos del sabor y la tradición en las mañanas frías
Lima no recuerda un otoño tan frío como el de este año. SENAMHI anunció temperaturas de hasta 9 °C, y la ciudad ya lo siente. Ante esta ola invernal anticipada, muchos limeños salen en busca de una bebida caliente que los abrace desde adentro: los tradicionales “calentitos”.
Mario Carrasco conoce bien esa necesidad. Desde hace ocho años, se instala en la cuadra 23 de Petit Thouars, en Lince. Con recetas que heredó en su llegada desde Cajamarca, prepara emoliente, maca y avena al gusto del cliente. “Cada persona tiene su mezcla favorita”, cuenta con orgullo.
Doña Feli: una receta con historia
A unas cuadras, en la avenida Grau, Doña Feli ha hecho de su herbolaria un espacio casi medicinal. Comenzó por necesidad: su hijo fue diagnosticado con asma. Hoy, sus preparados con hierbas para bronquios y tos se han vuelto imprescindibles. “Todo es natural, y eso funciona”, afirma, mientras sirve una taza humeante a un cliente frecuente.
La humedad y el frío han disparado las enfermedades respiratorias. Muchos llegan hasta su puesto buscando alivio sin recurrir a medicamentos. Para ellos, sus infusiones son más que bebidas: son esperanza en medio de los días helados.
Un desayuno que calienta el alma
En la esquina de Raimondi con Iquitos, Doña Maribel Díaz ya está lista desde las 6 a.m. con sándwiches y bebidas calientes. Su especialidad es la maca. “Con eso entras en calor de verdad”, dice con una sonrisa mientras atiende a obreros y estudiantes que inician el día.
Y si el antojo es café, el destino es el puesto de Doña Dolores Ricra. Ella y su hijo Alejandro cuidan cada detalle en la preparación. “Nuestro secreto es no bajar la calidad”, asegura Alejandro, mientras sirve con rapidez.
En Lima, una taza de maca, emoliente o café se convierte en más que una bebida: es compañía, calor y tradición. Los puestos callejeros no solo ofrecen sabor, también alivio ante un clima que no da tregua.