Trasladan a presuntos delincuentes a penales alejados de sus zonas de origen

Muchos de ellos serían cabecillas de peligrosas bandas criminales; sin embargo, hasta el momento no tienen una sentencia

Internos fueron trasladados a penales lejanos a sus zonas de origen. Foto: captura de TV

Los quieren lejos y bien lejos de sus zonas de origen, ahí donde asesinaron, extorsionaron, cobraron cupos y no pararon de sembrar el terror aun estando tras las rejas. La mayoría está sin sentencia, pero las autoridades los sindican de cabecillas, lugartenientes, sicarios e instigadores. 

En Chiclayo, a 13 internos los sacaron de sus celdas para llevarlos a su nueva realidad y en esa pasarela del crimen organizado desfilaron los sindicados: Empresarios del Norte, Los Charly de Fanny Abanto, Los Sicarios de La Victoria, Los Wachiturros, Los Elegantes del Norte y La Gran Sangre del Norte.

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Robinson Castro Torres, apodado “Tayca”, es acusado de ser el cabecilla de la Gran Sangre del Norte, y de ser el sucesor de Román León Arévalo, alias ‘El Viejo Paco’, líder de La Gran Familia, el temible personaje que instauró el crimen en Chiclayo. Por su alta peligrosidad, el destino final para Castro Torres es  Challapalca, un penal ubicado a 4 mil 800 metros sobre el nivel del mar, un reclusorio donde también está El Viejo Paco.

Otro de los internos trasladados es el empresario azucarero Samuel Roncal Miñano, sindicado de ser el líder de la agrupación criminal Los Empresarios del Norte. A él se le acusa de estar detrás del crimen del auditor de la SUNAT, Luis Cieza en el 2015.

Pero en su intento de dejar la prisión por la puerta grande, Samuel Roncal, según las autoridades, habría presentado una serie de documentos falsos, entre ellos una resolución judicial que lo excarcelaba. Un hecho que le ha valido una denuncia penal y hasta el cambio de centro penitenciario de Picsi en Chiclayo al penal de Piedras Gordas en Lima, complicando aún más su situación.

Del penal de Tumbes, 10 internos ingresaron a Piedras Gordas, pertenecientes a las bandas criminales de Los Chivos y Los Pollos. Según labores de inteligencia, estos sujetos a través de sus familiares, ingresaban chips de celulares al penal y los usaban para dar directivas a sus compinches que estaban en las calles.

A los Monos de Quepepampa se les recuerda porque fueron capturados en octubre del 2016, y semanas después fueron liberados, gracias a una cuestionada resolución judicial dada por el juez Ismael Orozco. Luego se ordenó su recaptura. No todos fueron hallados, pero sí la gran mayoría, siendo recluidos en el penal de Carquin en Huacho, donde también están los integrantes de la peligrosa banda criminal Los Morenos de Chacra y Mar.

Las reglas dentro del penal les importaba nada, así que el INPE les dio algo de su propio chocolate. En medio de la madrugada, los cabecillas, lugartenientes y sicarios de las dos bandas criminales fueron trasladados a Piedras Gordas, pero los cerebros de estas organizaciones fueron directo a Challapalca.

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Por increíble que parezca, la mayoría de estos internos aún no tienen sentencia y hay jueces que exigen la presencia de cabecillas y delincuentes en las audiencias judiciales, aun teniendo conocimiento que fueron cambiados de penal, fuera de sus jurisdicciones, poniendo en serio riesgo la seguridad de los internos y miembros del INPE.

En lo que va del año, aproximadamente mil 300 internos fueron cambiados de penal, de los cuales el 10% fue enviado a los penales de Cochamarca en Cerro de Pasco y Challapalca en Tacna, zonas donde el frío y la altura también ponen las reglas. Esta vez 9 fueron a Challapalca, la Hermandad del Norte, La Nueva Gran Familia, Los Elegantes del Norte, Los Monos de Quepepampa y los Morenos de Chacra y Mar.

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