Paro de buses dejó a turistas sin acceso a Machu Picchu

Una mañana complicada vivieron los turistas que llegaron este domingo a Machu Picchu. La suspensión inesperada del servicio de buses turísticos obligó a muchos visitantes a subir a pie la exigente ruta de montaña que conecta el pueblo con la ciudadela inca. La empresa operadora justificó la medida por motivos de seguridad tras recibir amenazas.

Desde las 5:30 a. m., la empresa Consettur, encargada del transporte oficial entre Machu Picchu Pueblo y la ciudadela, paralizó sus operaciones. Según informaron, la decisión se tomó luego de un hecho de violencia ocurrido la noche anterior en la ruta Hayram-Bingham, una vía clave para el ingreso al sitio arqueológico.

¿Por qué se restableció el servicio con resguardo policial?

Aproximadamente a las 9 de la mañana, el alcalde provincial de Urubamba, Ronal Vera, anunció que el servicio se retomó parcialmente. Para garantizar la seguridad de los turistas, cada bus fue acompañado por un efectivo de seguridad durante el recorrido, según indicó la autoridad local.

Durante las horas de paralización, numerosos turistas —nacionales y extranjeros— optaron por no esperar y caminaron el tramo que separa el pueblo de la ciudadela. Se trata de una subida empinada que puede tomar entre una hora y una hora veinte a paso rápido, lo que generó incomodidad y preocupación entre los visitantes.

¿Qué motivó el paro de buses turísticos en Machu Picchu?

Consettur explicó que recibió amenazas la noche anterior y que su prioridad fue proteger a los pasajeros. El hecho de violencia registrado en la ruta Hayram-Bingham activó las alertas y llevó a la empresa a suspender sus operaciones de manera preventiva.

Hasta ahora no se han dado detalles oficiales sobre lo ocurrido exactamente en la ruta ni sobre los responsables de las amenazas. Sin embargo, el incidente dejó en evidencia los riesgos que aún enfrenta la logística turística en este importante destino del Perú.

La situación fue controlada y el servicio se normalizó, pero las autoridades y operadores deberán trabajar para evitar que se repitan incidentes que afecten a quienes visitan uno de los patrimonios más emblemáticos del país.