¿Cómo afecta la venta de boletos de Machu Picchu al turismo?

En Cusco, gremios del sector turismo advierten que el caos en la venta presencial de boletos a Machu Picchu y el retraso en la venta anticipada para 2026 están afectando a turistas nacionales y extranjeros. Operadores internacionales incluso han retirado a Perú de sus ofertas por la falta de certeza sobre el acceso a la ciudadela inca.

Según asociaciones como la Cámara Regional de Turismo del Cusco y la Asociación Peruana de Agencias de Viajes y Turismo (Apavt), esta situación genera pérdidas económicas, reduce la llegada de visitantes y afecta la imagen del país en el exterior.

¿Qué problema enfrentan los turistas?

Los visitantes que planean ir a Machu Picchu en 2026 no podrán comprar sus entradas con anticipación hasta mediados de diciembre de este año. Esto significa que los operadores turísticos deben ofrecer paquetes sin la seguridad de que los clientes tendrán garantizado el ingreso, lo que genera cancelaciones y cambios de itinerario.

Este retraso no solo afecta a los viajeros independientes, sino también a las agencias que trabajan con grupos y circuitos internacionales. Al no poder garantizar los accesos, muchas se ven obligadas a modificar o cancelar programas completos, afectando tanto la experiencia de los visitantes como la reputación del destino.

¿Cómo impacta en el turismo internacional?

La Apavt advierte que los turistas extranjeros suelen organizar sus viajes con muchos meses o incluso años de antelación. La imposibilidad de acceder a boletos anticipados ha llevado a que algunos operadores internacionales retiren temporalmente a Machu Picchu de sus catálogos de destinos.

Este retiro tiene consecuencias inmediatas: menos visitantes programan su llegada, disminuyen las reservas de hospedaje y transporte, y se pierde competitividad frente a otros destinos internacionales que ofrecen sistemas de reserva más predecibles y confiables.

¿Qué consecuencias económicas tiene?

La Cámara Regional de Turismo del Cusco estima que la falta de previsibilidad podría provocar una caída de al menos 25 % en el flujo anual de visitantes. Esto repercute directamente en los ingresos de hoteles, restaurantes, guías turísticos, transportistas y comercios locales.

A nivel nacional, alrededor de 1,3 millones de personas dependen de la actividad turística. Dada la importancia de Machu Picchu como el atractivo más visitado del país, cualquier reducción sostenida en su afluencia tiene un efecto multiplicador negativo en la economía de la región y en la del país.

¿Qué pasa con la experiencia en Aguas Calientes?

El vicepresidente de la Cámara Regional de Turismo del Cusco afirma que la imagen del Perú se ve afectada por escenas de largas colas, discusiones y frustración de los turistas en Aguas Calientes. Estas imágenes, registradas por los propios visitantes y difundidas en redes sociales, se convierten en publicidad negativa para el destino.

Aunque el Ministerio de Cultura anunció que el problema estaría resuelto desde el 1 de agosto, gremios del sector sostienen que la situación sigue siendo “catastrófica” y que la venta presencial obligatoria continúa generando desorden y malestar en la zona.

¿Qué solución plantean los gremios?

Las asociaciones proponen que la venta se realice mayoritariamente a través de una plataforma virtual, permitiendo a los turistas comprar sus entradas desde cualquier parte del mundo con la debida anticipación. Este sistema ya es aplicado con éxito en otros destinos turísticos de alta demanda.

Sugieren que la boletería física quede reservada únicamente para las entradas que no se adquieran en línea, evitando que un alto porcentaje de ingresos dependa de la venta presencial. De esta forma, sostienen, se recuperaría la confianza de los operadores internacionales y se garantizaría una experiencia más ordenada para el visitante.